Este Quilmes que está en pañales en su construcción, sigue penando por errores propios, conceptuales y futbolísticos, que lo volvieron a dejar con las manos vacías en otra salida por el interior del país. Esta vez, frente a un pobre Colón, los dirigidos por Vivas nunca fueron punzantes y terminaron pagando con una derrota a diez minutos del cierre, arriesgando demasiado en un momento delicado del encuentro. El penal convertido por Ramírez fue la única diferencia en el tanteador. A Caneo le anularon mal un gol en la primera parte.

Las dudas que presenta la idea de juego sigue siendo el principal problema con el que convive el Cervecero. Un equipo que se caracteriza por tener la pelota (a veces lateralizando hasta el hartazgo) pero que carece de profundidad y le cuesta generar situaciones de peligro, más allá de su constante vocación ofensiva, evidentemente son cuestiones que llevarán al entrenador al diván, para tratar de sacar conclusiones de estos primeros encuentros.

Si bien hubo un crecimiento con relación a otros encuentros (queda claro que la derrota fue injusta), también es cierto que enfrentó a un adversario muy limitado, al que terminó facilitándole llegar a la ventaja cuando parecía tener dominado el trámite del encuentro. Pero ese constante ir, con movimientos de retroceso demasiado lentos por momentos, le simplificaron la mala noche a los dirigidos por Forestello, que con una habilitación larga a Leguizamón, se encontraron con una situación inmejorable ante la falta de Peratta, que después Ramírez transformó en gol.

Hasta ese momento, a diez del final, la incapacidad de ambos había quedado completamente a la vista. Inclusive, Quilmes había intentado ser más prolijo, pero careciendo de profundidad, sin juego por las bandas, pisando pocas veces el área y contando con solo dos chances de convertir: un cabezazo de Martínez y una mala definición de Boghossian que contuvo Montoya.

Pero para que el reproche sea aún mayor, hay que sumar un error de la terna arbitral, al no dar como valido un cabezazo de Caneo a la red, en el que se sancionó una posición adelantada que nunca existió. Con todo ese panorama, el Cervecero obviamente se fue con las manos vacías. Y la falta de puntos es un inconveniente más que hay que sumar a este momento raro que vive un equipo que sigue estando lejos de su ideal futbolístico.