A medida que continúan pasando las fechas, la realidad de Quilmes queda más a trasluz. Hubo cambio de conducción, pero el equipo siguió mostrando el mismo nivel deslucido y penoso de actuaciones anteriores, dejando la sensación que con cualquier DT en el campo, la historia hubiese sido la misma: es un conjunto poco trabajado, que no tiene orden de juego y al que, difícilmente las individualidades le salven las papas. Así, cayó de manera contundente con un Los Andes que fue creciendo al ritmo de sus goles.

¿Hay una distancia de tres tantos, hoy por hoy, entre Quilmes y Los Andes? Si uno mira el primer tiempo del encuentro, seguramente diría que no. Claro que, si la pregunta fuera cual de los dos viene dejando una mejor imagen como equipo, la respuesta saldría sola: los de Lomas de Zamora.

El encuentro fue tal hasta que llegó el segundo tanto del local. A partir de ahi, la cabeza de la visita explotó, el entusiasmo aflojó y fue todo de los conducidos por Blanco (salvo por lo minutos finales del debutante Narvay). Pero hay un dato que no se puede pasar por alto: el Los Andes que salió a la cancha en esta jornada tenía seis bajas por suspensión, pero ese no fue motivo alguno para hacer olvidar su idea táctica como equipo. Distinto es el panorama en el Cervecero, que da la sensación que juegue quien juegue, no tiene posibilidades de modificar esta realidad.

Lamentablemente, el equipo continuó con los mismos problemas de siempre: marca mal y da ventajas de espacios atrás, le cuesta generar situaciones de peligro y muchísimo más trasladar esas circunstancias a la red. Pero que puede pedírsele a Kergaravat, que con un puñado de días de trabajo, tuvo que tomar un fierro hirviendo y poner la mejor cara posible. Seguramente, habrá tenido sus errores, pero Quilmes dejó la sensación que dirija quien lo dirija, hoy es muy difícil que pueda cambiar su historia.

Tal vez, lo más peligroso de tantos golpes en contra sea que el equipo empieza a acostumbrarse a perder, dejando la sensación que a los futbolistas nada les importa. Aunque quizás, tanto desgano solo forme parte de la incapacidad propia de un grupo, que permiten desmitificar la idea que una vez que tocaste fondo, tenés que empezar a mejorar.

Sin la presión por la lucha de un objetivo, tal vez el equipo pueda empezar a soltarse. Pero a esta altura, las ganas de que termine el torneo, cada vez son más fuertes.

Síntesis

Los Andes (3): Luciano Díaz; Bergés, Foglia, Alcaráz; Gustavo Arce (PT 28m Cristian Vega), Brítez Ojeda, Fredrich; Gonzalo Bustamante, Molfeso (ST 20’ Coyra); Martín Castagnino (ST 21’ Daniel Fernández) y Yaqué. DT: Luís Blanco. Sup: Abadie, Sardi, Maximiliano Acosta y Matías Maidana.

Quilmes (0): Giordano; Sebastián Luna, Tucker, Fassi, Mauricio Almada (ST 13’ Narvay) ; Olivares, Marcelo Guzmán, Kalinski, Carretero (ST 16’ Narvay); Diego García y Juan José Morales. DT: Ricardo Kergaravat. Sup: Pontiroli, Manzanares, Jorge Medina, Aparicio y Toloza.

Goles: PT 23’ Yaqué; ST 9’ Vega y 25’ Brítez Ojeda.

Amonestados: Alcaráz y Fredrich (LA); Almada, Luna y Guzmán (Q).

Expulsado: ST 23’ Olivares.

Arbitro: Javier Ruiz.

Asistentes: Héctor Castellanos y Adrián Pérsico.

Estadio: Eduardo Gallardón.

Foto: gentileza www.inforegion.com.ar