Claro que el empate sirve, después de noventa minutos deslucidos, de no haber mostrado su mejor cara y de haber sumado en cancha ajena y ante un rival como Argentinos que venía en alza. Pero la bronca del final no se la puede sacar nadie a la gente de Quilmes. Un tremendo error del árbitro Echenique lo privó de una gran oportunidad para quedarse con los tres puntos, al no sancionar un evidente penal que le cometieron a Caneo cuando iba a disparar al arco. A la hora del balance, se rescata la actitud y la entrega de un equipo que no se entregó en ningún momento.

Sin dudas que, sin la acción del cierre, el partido rápidamente pasará al olvido para el QAC. Es que, en gran parte del mismo le costó jugarlo a su ritmo y con sus ideas, se vio superado por un elenco local con más audacia y ambición que claridad ofensiva, pero terminó aguantándolo y especulando con un resultado que, al menos, le sirve para aumentar esta mini-racha positiva.

Inclusive, tuvo sus momentos que podía haber aprovechado para cambiar la historia y tampoco lo logró. Se puso en ventaja por una buena salida de Braña (de los mejores rendimientos desde su regreso), que se prolongó por la izquierda y que terminó en la derecha con una sensata escalada en diagonal de Garnier, que definió dos veces para terminar batiendo a Migliore. Allí, los dirigidos por Giunta podrían haber asestado un golpe casi de nocaut. La tuvo Diz, pero su media vuelta ante el achique del arquero se fue muy desviada.

Y para colmo de males, en un momento que parecía tener dominada la historia, el rival consiguió el empate en una jugada de otro partido: Droopy Gómez (la joven promesa del Bicho) le pegó de veinticinco metros para clavar la pelota contra el palo derecho de Peratta. Más allá de las formas, la igualdad tenías más que ver con el desarrollo de un partido parejo en acciones de gol.

Otro buen pasaje para el Cervecero fue el comienzo del segundo capítulo. Más adelantado en el campo y con la tenencia de la pelota, daba la sensación de tomar más protagonismo. Pero los cambios reanimaron a un Argentinos con más presencia ofensiva cerca del área y una dosis de habilidad y gambeta (Gómez ahora acompañado por Nagüel) que volvieron a sacar de foco al visitante.

Por eso, las figuras de Peratta (impresionante manotazo para sacarle un cabezazo al ingresado Triverio) y Lema volvieron a agigantarse, transformándose en los principales bastiones para, como principal medida, aguantar lo que quedaba sin volverse loco por conseguir más de lo que se estaba llevando. Pero en medio de ese panorama, llegaría la tan mencionada jugada del minuto 43: buena combinación Teleche-Garnier, que le sirvieron la pelota a Caneo. Este no remató de primera, hizo un amague más y Palomino lo tocó a la altura de las rodillas. Echenique dijo que el futbolista se zambulló al piso…

Esa hubiera sido la jugada de gol que estuvo esperando en el tramo final para poder ganarlo. Por eso la bronca, a pesar que el empate tampoco disgustó tanto.