Por Diego González La Volpe *

En una reunión durante mi segundo viaje a Tokio, en mayo del pasado año, con el gran Kaicho Ihara, Presidente de Shin Nihon Kick Boxing Association y del prestigioso Ihara Dojo de Tokio, y Yu Kawakubo, mi amigo y traductor, trataba de explicarles que occidente no recibe suficiente información de lo que sucede en Japón, cuna del kickboxing, ni tampoco de sus personalidades más importantes e influyentes. En ese momento, Kaicho Ihara le comenta a Yu que nos espera el creador. Yu me traduce pero no llego a comprender la magnitud de esa frase y comencé a repetir la misma pregunta ¿creador de qué?, finalmente me responde: el creador del kickboxing, el Señor Osamu Noguchi.

Esa fue la respuesta que nunca imaginé, debido a la escasa o nula información que hay sobre el kickboxing japonés, y, mucho menos aún, acerca de su máxima figura. Por primera vez, un extranjero tenía la oportunidad de transmitir al mundo los pensamientos del creador de uno de los deportes más practicados en todo el planeta. Nunca olvidaré ese momento.

Luego de un corto viaje ingresamos a un pequeño café de Tokio. Allí, nos esperaba sentada una leyenda, un visionario, un verdadero creador. Noguchi se levantó y amablemente nos saludó. No podía salir de mi asombro. Aquel hombre que tenía frente a mí había cambiado la visión y el futuro de las artes marciales y los deportes de combate. En ese momento solo pensaba en que ese gran hombre influyó sobre la vida, los sueños y el destino de millones de personas alrededor del mundo.

Noguchi es un hombre delgado, de mirada intensa y decidida, de voz enérgica y pensamiento claro. Todo fue muy rápido y observé el respeto que Kaicho Ihara sentía por él. Algo sucedió al instante, algo que no pude evitar y por lo que me sentí absolutamente responsable: era el pensamiento de la necesidad de transmitir y mostrar al mundo fuera de Japón toda esta extraordinaria experiencia.

Todavía sorprendido y emocionado, solicité a Kaicho Ihara su permiso para poder realizar alguna pregunta. La respuesta fue un claro gesto de aprobación. Comprendí que había llegado a un punto que no estaba ni en mi más remota fantasía.

El diálogo se inició abiertamente y la primer pregunta casi obligada fue: ¿Cómo empezó todo? Me invadió una lluvia de sentimientos y comprendí que todo el tiempo que había pasado investigando la historia del origen de este gran deporte se había evaporado en un instante. Solamente debía escuchar y observar. Estaba ante mí toda la verdad y, por supuesto, la realidad siempre supera la ficción.

“Mi padre fue campeón peso pesado de boxeo. Yo también lo practiqué, pero una lesión en mi espalda me impidió continuar con ese hermoso deporte. Luego fui árbitro y, más tarde, comencé mi carrera como promotor", rememora Osamu Noguchi y continúa el relato: "En Tailandia conocí el Muay Thai y decidí llevar esa forma de lucha a Japón. Como yo venía del mundo del boxeo, comprendí que para que el nuevo deporte tuviera éxito en mi país debería hacerle algunas modificaciones. No cambié ninguna de las reglas ni golpes permitidos en Tailandia, pero sí el sistema de puntuación: todos los golpes permitidos, con los puños, con las piernas, con las rodillas y con los codos, sumarían el mismo valor en las tarjetas de los jueces, con una pequeña inclinación para los golpes de puño”.

“El tiempo de combate sería de tres minutos y el tiempo de descanso entre cada round se modificó por un minuto, como en el boxeo. No habría ningún tipo de danza, ni ritual antes del combate”, prosigue, hasta llegar al momento trascendental: "al nuevo deporte lo llamaría Kickboxing, para asegurarle una proyección internacional. En 1963 llevé tres luchadores a pelear a Bangkok, Tailandia: Nakamura, Osawa y Kurosaki, grandes exponentes del Oyama Dojo, luego denominado Kyokushinkai Karate. Nakamura y Osawa ganaron, Kurosaki perdió, ese fue el inicio para mí. Habíamos vencido”.

En mi tercer viaje a Tokio, Kaicho Ihara me dio la oportunidad de volver a dialogar y poder entrevistar nuevamente a Noguchi. Fue el 16 de septiembre del último año, en el torneo celebrado en el Korakuen Hall Titans XIV de Shin Nihon Kick Boxing Association, en el cual se disputaban dos títulos de Campeonato de Rajadamnern Stadium.

Antes del evento, en un café ubicado dentro del Tokio Dome City, volví a reunirme con el creador del kickboxing, esta vez, rodeado de grandes personalidades de esta disciplina como Kaicho Ihara, Isao Fujimoto, Presidente de Fujimoto Gym y primer campeón peso pesado japonés, Otogawa, Director de Ihara Dojo Niigata, Kurishiba, Director de Ihara Dojo Inagi, y otras autoridades y funcionarios de Shin Nihon Kick Boxing Association.

Durante esa charla se discutieron temas relacionados con diferentes organizaciones de kickboxing del exterior y de su futura participación como deporte olímpico, acerca de la cual Noguchi opina que, si llega a concretarse, debería corresponderle a Japón, como país de origen, el desarrollo y la representación del mismo. Luego, recordó algunos momentos vividos junto a sus discípulos en el mítico Meguro Gym para concluir con su relato acerca del nacimiento de esta disciplina y resaltar cuál es su prioridad:

“Al comienzo todo fue muy difícil. Empezamos a imaginar y desarrollar el nuevo deporte junto a Oyama, líder de Kyokushin Karate, quien luego decidió no continuar con el proyecto, pero nos apoyó con la ayuda de sus mejores luchadores. En los años 60 formé la Nihon Kick Boxing Association, la cual fue la primer organización en el mundo, y permití que cada asociación de otros países tuviera su propia autonomía, ya que para mí lo más importante fue siempre la difusión del nuevo deporte”.

En cuanto al deporte que él mismo creó, se mostró optimista y apasianado de cara al futuro. “El mejor momento de gloria fue en la época en que peleaba Sawamura. Por eso, debemos formar una gran estrella que devuelva al deporte su máxima fama y las peleas deberán ser televisadas, tenemos que trabajar duro con ese fin. Varias veces intentaron asesinarme, pero siempre tuve fuerzas para enfrentar la adversidad. Hoy, con 80 años, sigo teniendo el deseo de que el kickboxing se difunda por el mundo y se respete su reglamento original".

Aún impactado por el privilegio de haber podido realizar estas entrevistas, al finalizar la última, esta verdadera leyenda de las artes marciales me transmitió sus más importantes reflexiones, las cuales me marcarán para siempre:

- “El Kickboxing no es un deporte, es el arte marcial más efectiva”.

- “Futou Fukutsu: Ante las grandes adversidades hay que continuar con un gran corazón y una firme convicción”.

- “Taoratemo Yamazu: Aunque caigas, nunca te detengas”.

Hoy, luego de esta increíble experiencia, siento que a veces la magia de la vida regala momentos eternos. Osu!

* Miembro de SNK Shin Nihon Kick Boxing Association y director para Sudamérica de WKBA World Kick Boxing Association, la más antigua organización de Kickboxing, creada por Osamu Noguchi y presidida actualmente por Kaicho Ihara.

Esta entrevista, publicada en exclusiva por Deporte En Quilmes, forma parte de su libro “Kickboxing, espíritu samurái” próximo a editarse.