Volvieron los 200 Kilómetros de Buenos Aires con una carrera apasionante en una final que tuvo un binomio que fue un gran ganador: Néstor Girolami y Mauro Giallombardo. El piloto de Isla Verde fue el primero que largó y su estrategia fue clara: acelerar lo máximo posible su Peugeot 408 y, a la vez, cuidarlo para entregárselo a su amigo bernalense, que terminó de consolidar un éxito más que trascendente en una de las carreras más significativas dentro del calendario nacional. Para la Rana es una ratificación en medio de una temporada complicada.

Se largó la final con el binomio en la punta, pero sabiendo que tenían que estar atentos de los embates de sus compañeros de equipo: Agustín Canapino y Rafael Morgenstern. La primer parte de la carrera fue dominada con claridad por Girolami, hasta que se decidió entrar a boxes para darle su auto a Giallombardo.

La tensión en los boxes y el público era inmensa por saber cómo sería el cambio para el piloto de Isla Verde porque su trabajo en pista había sido perfecto. Pero el Peugeot 408 entró a boxes con tranquilidad, como si supiera cuál sería el final. Consumado el cambio, Giallombardo tomó las riendas del Peugeot y comenzó a rememorar en su interior aquella vez que en 2010 (la última edición que se había disputado en el Hermanos Gálvez) cuando triunfó, pero como invitado de Toyota y Bernardo Llaver.

Todos esos recuerdos comenzaron a aparecer en el piloto de Bernal que supo ser piloto oficial Renault. Hasta que se encontró con un auto de seguridad por un auto mal ubicado de Nicolás Traut (Ford Focus-Riva Racing). Los casi 50 segundos que tenía de diferencia con Canapino se desvanecieron rápidamente. Se reanudó y solo quedaban cinco minutos de carrera por disputarse con cinco pilotos que estaban en situación de ser los galardonados: Giallombardo, Canapino, el brasileño Daniel Serra (compañero de Werner), Pernía y Fontana.

Giallombardo se encaminó a la victoria seguido por Fontana y Ardusso. Y así logró su segundo triunfo en los 200 Kilómetros de Buenos Aires, alcanzando el récord de ser el único piloto en repetir el éxito en esta prueba.

“Estoy afónico porque grité muchísimo cuando gané porque tuve un año deportivo muy malo y se dio. La verdad es que es la segunda vez que ganó esta competencia y me pone muy contento. Le agradezco muchísimo a Girolami que confió muchísimo en mí para esta carrera. Peugeot hizo un trabajo excelente porque pareció que hacía 20 años que trabajábamos juntos. La tuve que remar porque sabía que Agustín iba a atacar y me pasó por un error, pero logré recuperarme y ganamos. Estoy inmensamente feliz”, comentó Giallombardo tras el éxito conseguido.