El final de la ventosa jornada en Burzaco terminó siendo positiva por demás para Argentino de Quilmes. Obviamente, porque volvió a ganar después de cuatro partidos y encima lo hizo jugando en un buen nivel y superando con total justicia a San Martín de Burzaco. Pero más allá de los datos estadísticos, lo más trascendente es que, en medio de las dudas generadas a partir del rendimiento de los últimos juegos, el equipo demostró que está con vida, recuperó las ganas y parte del nivel colectivo, que había enamorado a muchos por la Barranca.

La ilusión había comenzado a decaer, después de la tremendo cachetazo que Talleres le había propinado el fin de semana, hundiéndolo mucho más en el pozo en el que los dirigidos por Oscar Santángelo se habían metido en este último mes. Pero da la sensación que ese golpe generó una reflexión y un contagio dentro del grupo, que este miércoles se vio en el terreno de juego.

Porque el Mate fue incisivo, ofensivo, en todo momento fue más claro con la pelota que su rival y salvo por algún balón quieto que cayó en su área, no sufrió demasiado ante el empuje constante de un flojo San Martín, que después de una nueva derrota se quedó sin su entrenador (Cristian Ferlauto presentó la renuncia en el post partido).

Es cierto que el equipo pegó en los momentos justos. En el arranque mismo, apenas iban tres minutos, a partir de un latigazo de zurda de Aníbal Leguizamón. Y después, en la segunda parte, cinco minutos que el local consiguiera el empate parcial a través de una pelota muerta dentro del área que encontró el central Ortiz. Pero enseguida, un centro desde la derecha de Spínola, que se desvió en un defensor, le cayó en la cabeza a Valenti que metió el balón en el ángulo.

A medida que fueron pasando los minutos, el Celeste se fue soltando, ganó en confianza y agrandó la brecha entre un elenco y otro. ¿La frutillita del postre? Un tremendo zapatazo del propio Valenti que, a veinte metros del arco, se clavó en el ángulo superior izquierdo del arquero Skurnik.

Un triunfo que permite volver a creer. Que vale tres puntos en lo numérico, pero que tiene un valor más trascendente en la confianza y en la expectativa para lo que vendrá. Por lo pronto, el sábado recibirá en la Barranca a uno de los encumbrados, Dock Sud. Una buena medida para seguir buscando la mejoría y no alejarse de la punta.

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