Argentino de Quilmes cumplió con su parte. En una mañana calurosa en la Barranca, pudo despertar a tiempo y darle vuelta el partido a San Martín de Burzaco. Tras verse derrotado al final del primer tiempo, sacó a relucir más temperamento en el tramo final para marcar los dos tantos que le dieran los tres puntos. De esta manera, quedó en una posición expectante y deberá aguardar a lo que pase con Dock Sud este lunes, para ver si llega con chances de entrar al Reducido en la fecha final.

Tarde en la temporada parece haberse acordado de ganar el Mate. Porque cuando quedó súper exigido, casi afuera de toda posibilidad, hilvanó dos triunfos consecutivos como local que le sirven para seguir expectante. Es cierto que la situación sigue siendo muy complicada, para quedó claro que la va a pelear hasta las últimas consecuencias.

Ante los de Burzaco tuvo la chance de encaminar la historia desde temprano, cuando Escobedo tomó a Marclay de la camiseta y el elenco de la Barranca contó con una pena máxima. Iban apenas siete minutos, pero el remate del propio Pájaro salió mansamente hacia el lugar elegido por el arquero Scurnik. A partir de esa situación, el equipo quedó tocado en su orgullo, pero con el correr de los minutos se fue desinflando permitiendo el crecimiento rival.

Y desde el costado derecho donde se recostaban sus mejores nombres Jerez y Fleitas, una pelota en profundidad bien puesta por este último, permitió que David Ledesma quede mano a mano con Leguizamón y acomodando el remate, la clavó en el ángulo. En ese momento, la desesperación se apoderó de todo Argentino, ya que ahora necesitaba convertir dos goles.

La historia empezaría a cambiar en el segundo tiempo. Con un Tello que mostró más compromiso al aparecer suelto en el frente de ataque, la convicción y la potencia de Valenti y el partido más punzante en ataque de Saayavedra. Justamente, ellos fueron protagonistas de los goles. Cuando pasaba el cuarto de hora, Tello recuperó el balón, hizo la personal y en vez de rematar al arco, decidió buscar a Saayavedra, que definió entrando por el segundo palo.

En ese momento, San Martín se apagó casi definitivamente y el Celeste lo aprovechó. Sin demasiadas ideas, pero yendo para adelante, le empezó a cascotear el rancho a su adversario. Y después que Junior Espínola reventara el travesaño de tiro libre, volvió a aprovechar un error en el fondo del adversario: peleando por un balón con el recién ingresado Spínola, Angelini lo tomó y derribó, provocando un penal insólito. Sin la confianza necesaria, Marclay le cedió la oportunidad a Valenti y el goleador no perdonó, fusilando al arquero.

Para el último rato fue solo cuestión de controlar la pelota y no equivocarse, ya que el visitante estaba entregado. Entonces, los tres puntos quedaron en casa y la ilusión se extendió, al menos, un día más. Será un lunes para estar pegado a la radio y que, desde Villa Hermosa y Ensenada lleguen buenas noticias.