Da la sensación que no hay manera. Aunque lo sigue intentando, no le encuentra la vuelta ni las formas. Quilmes mantiene su incapacidad para torcer el rumbo de su flojo andar en el campeonato y otra vez se quedó con las ganas de sumar de a tres. Otro empate, el cuarto consecutivo ante rivales directos y que están a su altura futbolística. Contra Olimpo tuvo un pobre primer tiempo, mejoró un poco en el segundo pero casi no generó ocasiones para ganarlo.

La preocupación se apodera del Mundo Cervecero a medida que van pasando las semanas. Porque las fechas pasan, los resultados no aparecen y la situación se va agravando, al punto de creer que los miedos del descanso pueden transformarse en una realidad si el equipo no logra sumar de a tres. Y mirando el panorama actual que muestra en la cancha, la pregunta es: ¿a quién podrá ganarle un partido?

Frente a Olimpo tenía otra buena posibilidad de sacarse la mufa. Pero empezó mal, porque en la primera que hilvanó el rival, dejó expuestas las carencias defensivas del QAC y Cachete Acuña abrió el marcador con un buen sablazo pegado al palo izquierdo de Benítez. Por lo menos, consiguió empatarlo rápido para no entrar en crisis: jugada preparada tras un corner, que Elizari derivó en Andrada y este volcó el balón al segundo palo, donde Imperiale definió con el arco libre.

A partir de ese momento (iban apenas ocho minutos) y hasta el cierre de la primera mitad, fueron los bahienses quienes manejaron mayormente la pelota y tuvieron más protagonismo. Más allá de eso, las situaciones de gol escasearon de ambos lados. En la parte final, la historia fue distinta, porque los dirigidos por Grelak asumieron otro rol y arriesgaron más, pero terminaron chocando contra su incapacidad de ser peligrosos en los metros finales de la cancha.

Apenas un remate de Andrada que controló Champagne abajó del arco y algún disparo de media distancia fueron las oportunidades generadas durante más de cuarenta y cinco minutos. Claro que, la visita se conformó velozmente y apenas tuvo una oportunidad clara, gracias a un desborde de Pizzini que se abrió sobre el segundo palo. Demasiado poco y resultado previsible. Un empate que no les hace la diferencia a ninguno de los dos, pero que deja mucho más conformes a los bahienses.

A Quilmes se le vendrán por delante un par de semanas especiales, ya que el encuentro de la próxima fecha ante Vélez quedó postergado y recién volverá a jugar dentro de dos semanas. Muchos días por delante, para reflexionar, ensayar opciones y buscar mejorar distintos aspectos de su juego. Después de eso, los resultados tendrán la verdad.