Nacido en San Pablo de padre argentino y mamá brasilera, Caique Silva Segura llegó a Quilmes siendo un bebé, creció jugando al rugby en el Círculo Universitario y, con el lunfardo porteño ganándole por afano al portugués, en sus 21 años nunca había tenido relación con el país de sus raíces. Hasta ahora. Tras su primer temporada en el Plantel Superior, fue convocado para integrar la Selección de Brasil, se ganó la titularidad y, con el sueño a cuestas de disputar un Mundial, en estos días partirá a radicarse en el Estado de Fortaleza. Sin embargo, a pesar de los 5 mil kilómetros que lo separarán de sus amigos y del club de sus amores, promete que aunque se calce la Verde-amarela seguirá alentando al Celeste hasta su regreso.

- ¿Cómo fueron tus inicios en el rugby?

- Todo comenzó cuando en primer año de polimodal jugamos un intercolegial. Estaba gordísimo, con 15 años pesaba alrededor de 150 kilos y no me podía ni moverme (NdeR: actualmente pesa 124 kilos y mide 1,89 metros). Me vio un chico del club y me dijo que fuera al CUQ. Terminó ese torneo y en octubre comencé a jugar. En ese tiempo no tenía ni idea, solo había visto algo de los Pumas, pero ni bien arranqué me encantó y no paré más.

- ¿Te enganchaste rápido?

- ¡Sí! A la semana ya había jugado un partido en el equipo B… ¡aunque no podía jugar a nada! (risas) Después vino la pretemporada, bajé de peso y de a poquito fui mejorando. Fue algo muy lindo y más para mí que, como todo adolescente, tenía problemas y no tenía muchos amigos, pero cuando llegué al club el grupo me integró, me hice amigo de todos y pasó a ser mi familia, mi hogar. Hoy forma parte de mi vida, es algo que no me puede faltar.

- Y llegaste al Plantel Superior ¿cómo viviste la campaña?, estuvieron peleando el ascenso hasta último momento…

- Al comienzo me costó mucho porque tuve una lesión en el hombro y por eso solo había disputado dos partidos en Intermedia, uno en Pre y no había tenido la oportunidad de Primera. Cuando volví, el entrenador me preguntó si, a pesar de ser Primera Línea, quería pasar a ser Segunda Línea y, contra GEBA, en el primer encuentro de Reubicación para pelear el ascenso, jugué en Intermedia y después 15 minutos en Primera. Al otro partido ya me pusieron de titular y seguí hasta el final del campeonato. La verdad que fue muy lindo, con humildad y trabajo hicimos un muy buen torneo.

- Después de esa primera temporada surgió la posibilidad de integrar la Selección de Brasil...

- ¡Ni yo me lo esperaba! Me costó asimilarlo y todavía hoy no puedo creer que vengo de jugar un Seis Naciones, algo que nunca me hubiera imaginado. Hasta el año pasado mi sueño era jugar en Primera.

- ¿Cómo llegó esta convocatoria?

- Ya había surgido para jugar con la M18 pero la había declinado porque estaba con la URBA. Este año vi el aviso y mis compañeros me convencieron de que me contactara. Como Rodolfo Ambrosio, el DT de la Selección, tiene amigos en el club, consiguió videos míos y entonces me llamaron para el Camp de noviembre en el que se evaluaba a 90 preseleccionados, de los cuales quedarían 30 para enfrentar a Alemania y Colombia.

- ¿Te imaginabas que ibas a quedar seleccionado?

- Fui pensando en quedar, a dar todo lo que tenía y por suerte se dio.

- ¿Como viste tu nivel en comparación con el resto?

- Sinceramente no sé si mejor, pero sí que mostré esas picardías del rugby argentino, de mi club, de lucharlas todas… una experiencia que ellos no tienen. Pero eso también te mete un presión extra porque todos te miran más por el hecho de jugar en argentina. Entonces uno tiene que hacer una diferencia sí o sí.

- ¿Estabas al tanto de la estructura con la que cuentan?

- Sí, me informé bastante. Venían con rendimientos muy bajos, por ejemplo perdiendo con Paraguay que, sin despreciarlo, es un equipo de los más débiles. Por eso, hace un año comenzaron con los centros de alto rendimiento, con un plan de trabajo, Rodolfo empezó a entrenarlos y salieron a buscar jugadores nacidos en Brasil que estuvieran viviendo en el extranjero. Estamos hablando de un país potencia en muchas disciplinas, con mucha gente, y de a poco este deporte también está creciendo.

- ¿Cómo fue la experiencia de la Copa América?

- ¡Una locura! Sobre todo para ellos que lo vivieron como un gran logro. Haber viajado a Canadá y Chile y la experiencia que da haber enfrentar a equipos que son del primer mundo del rugby fue algo único.

- ¿En qué momento surge el planteo de que te radiques allá?

- Tras los test match con Alemania y Colombia Rodolfo me dijo: “necesitamos que jugadores como vos estén acá para que mejoren físicamente y estén a otro nivel. Vas a tener tu contrato y poder entrenar a un nivel profesional”. Fue una decisión muy difícil porque yo tenía muchas ganas de jugar otra temporada más en el CUQ.

- ¿Qué fue lo que te terminó convenciendo?

- Las ganas de ganarme la titularidad, de querer mejorar y algún día poder estar en un Mundial. Me pareció un buen proyecto y al club puedo volver cuando yo quiera porque sé que me van a abrir las puertas.

- ¿En qué equipo vas a jugar?

- En un equipo profesional que se armó justamente en Fortaleza para que en ese estado del Norte, en el cual este deporte no tiene tanto impacto como en el centro San Pablo, el rugby comience a ser bien competitivo. Vamos a arrancar en Segunda División con la apuesta de ascender rápido a Primera y pelear el Super 8. Esta franquicia es también un proyecto nacional, del gobierno.

- ¿Cómo te ves viviendo a 5 mil kilómetros de casa?

- Es complicado porque se extraña mucho. El primer contrato es de un año y después se va renovando y mejorando. Mi idea es en un futuro poder pasar a Europa. Es un objetivo y, ya jugando en una Selección, te pueden mirar de otra forma.

- ¿Cuáles son los próximos desafíos de la Selección?

- El principal objetivo del año es intentar ganar el Sudamericano y después ya se pensará en la gira europea que tendremos en noviembre, durante la cual enfrentaremos a equipos como Georgia y Gales. Eso nos va a dar mayor rodaje para el próximo Seis Naciones y el Sudamericano 2017, que es el más importante, porque quien lo gane tiene la posibilidad ya de jugar para clasificar al Mundial.

- ¿El objetivo del Mundial es a corto o largo plazo?

- Se piensa en clasificar al próximo. Creo que no estamos lejos, aunque no va a ser fácil. Pero estoy seguro de que si no se da en este, será en el siguiente. Tengo la certeza de eso porque se está trabajando bien, hay un muy buen grupo y hay muchos chicos de juveniles también. Las posibilidades están.

- Y si no se da, ¿habrá un corazoncito hinchando por los Pumas?

- Yo juego para la Selección de Brasil, pero un año atrás estaba gritando por los Pumas. Es mi país, donde me crié, donde están mis amigos y mi familia. Tengo todo acá. Mi corazón es mitad y mitad.

- Mientras tanto, el contacto con el CUQ seguirá siempre vigente…

- Por supuesto, así como me voy, en algún momento quiero volver. Tengo un gusto amargo porque sé que todavía puedo darle mucho más de lo que le di al club. Sería muy lindo regresar y que el CUQ esté en Primera. Yo siempre seguiré alentándolos.