Se hizo esperar, pero en el último partido del año, Argentino de Quilmes tuvo su mejor actuación en lo que va del campeonato. Pedro Monzón pateó el tablero, volvió a cambiar de nombres y se la jugó por nombres que le respondieron dentro del campo. Fue muy superior a Armenio en la primera etapa y en el segundo jugó con el resultado en su favor. El descuento de la visita recién llegaría en el descuento. Buena manera de cerrar el semestre y tomar confianza para lo que viene.

Muy enchufado, demasiado metido. Así salió de movida el Mate, casi sorprendiendo a un adversario que se debe haber superado como casi nunca en este regreso, también para Armenio, a la Primera B. Equipo dinámico, con ideas de ataque claras el de la barranca, que le permitieron ir sacando pequeñas diferencias a su favor en el trámite.

Es más, el gol tardó demasiado en llegar porque Argentino ya había hecho suficientes meritos hasta el minuto 19, cuando Nicolás Monserrat se desprendió del resto de futbolistas que esperaban el centro que llegó desde la derecha y, de cabeza, anotó la primera ventaja en el tanteador.

A partir de ahí, pese a aflojar un poco la marcha, siempre siguió siendo el más profundo y, cuando se cumplió el minuto 41, volvió a aprovechar una pelota quieta: Walter Hermoso apareció por detrás de todos, se llevó la pelota, esquivó al arquero y terminó convirtiendo el segundo con el arco vacío.

Teniendo en cuenta la desventaja, Armenio se adelantó y mostró otra cara en el segunda parte. Desperdició un momento donde Argentino apareció retrasado en el campo, pero no estuvo fino y lo pagó. Porque los de Monzón volvieron a hacer gala de su buen desempeño en los tiros libres, ahora a partir de un remate desde la izquierda de Agustín Graneros, que nadie desvió y se terminó colando contra el palo. Iban recién veinte minutos, pero el juego ya estaba liquidado.

Hubo que esperar hasta el descuento para que la visita se diera el gusto de marcar un gol. El de Juan Casarini, después de una pelota no despejada tras una falta, solo sirvió para decorar el marcador, pero no impidió el festejo y la alegría final en la barranca. Un rendimiento que dejó abierta la ilusión para un segundo semestre de la temporada que, seguramente, será mucho más complicado que el que acaba de terminar.

Foto: Argentino oficial