En el último minuto del partido disputado en el Centenario, Instituto conseguía marcar su tercer tanto, que le hubiese dado una gran victoria como visitante. Salvo por un detalle: el árbitro Sabino no se había percatado que su asistente mantenía el banderín levantado desde una jugada previa....y el gol fue anulado. ¿Estuvo bien sancionado? ¿Fue correcto lo de la terna arbitral? De cualquier manera, Quilmes volvió a jugar un flojo encuentro, con pocas ideas y que, si no hubiese sido por la gran actuación de Trípodi, lo habría terminado pagando caro.

En indispensable comenzar por el final de la historia. La jugada se dio cuando el partido se moría y prácticamente, le dejaba servida en bandeja la victoria a los cordobeses. Todo comenzó con un corner en favor del QAC, cuando la pelota hace una comba y el línea Carlos Borgarello levanta la bandera porque el balón había salido en el aire del campo de juego. El árbitro Sabino nunca vio el llamado de su asistente e hizo seguir el juego. Instituto salió rápido de contra, pero la defensa cervecera despejó al lateral. Este se hizo velozmente, la jugada prosiguió y desembocó en el cabezazo de Leandro Zárate, que marcaba el tercer tanto del juego.

En ese instante, el juez advirtió que Borgarello estaba del otro lado de la cancha marcando la infracción y el tanto finalmente fue anulado, pero: ¿fue lo correcto lo marcado por la terna arbitral? El árbitro tiene la potestad para anular cualquier acción de juego, aunque hayan pasado varios minutos. Pero en este caso, la pelota salió al lateral y cuando la gente visitante lo hizo efectivo, ya se toma como una nueva jugada y la del corner debería haber quedado en el olvido.

Claro que, más allá de haber sido salvado por la terna arbitral, Quilmes debería haber perdido el partido ante un rival que fue superior por juego, claridad conceptual del partido y por situaciones de peligro. Los dirigidos por Bonetto contaron con una amplia cantidad de situaciones para definir, en la gran mayoría desbaratadas por la figura de la cancha, Emanuel Trípodi (la más importante, un mano a mano a Silvio Romero unos minutos antes del empate definitivo).

El Cervecero se quedó en la mitad. Intentó ser un equipo más lanzado en ofensiva, pero nunca se mostró seguro con la tenencia de la pelota y el volumen de juego mostrado por el equipo resultó escaso. Pese a eso, contó con más ocasiones que en encuentros anteriores, aunque se mostró sus carencias en la definición, pese a la gran tarea de Lentini.

A esta altura, la gente y Bianco ya viven un duelo personal y la historia tendrá un nuevo capitulo el próximo sábado cuando el equipo visite a Defensa y Justicia. Perder en Varela puede ser un golpe muy duro de superar.

Síntesis

Quilmes (2): Trípodi; Quiles, Ribonetto, Herbella, Di Gregorio (ST Miguel López); Seri, Francisco Cerro, Marcelo Guzmán (ST 12’ Kalinski), Diego Cardozo; Mauricio Carrasco (ST 19’ Leopoldo Gutiérrez) y Lentini. DT: José María Bianco. Sup: Pontiroli, Noce, Planté y Narvay.

Instituto (2): Jorge Carranza; Jonathan Gallardo, Furios, Barsottini, Lucas Rosales; Gagliardi (ST 9’ Erpen), Martín Zapata, Agustinoy, Ezequiel Lázaro (ST 33’ Lucas Godoy); Román Díaz (ST Silvio Romero); Leandro Zárate. DT: Marcelo Bonetto. Sup: Chiarini, Luís Vergara, Sergio Zanabria y Abila.

Goles: PT 7’ Díaz, 11’ Lentini y 41’ Zárate; ST 28’ Ribonetto (de penal).

Amonestados: Seri, Herbella y Ribonetto (Q); Carranza (I).

Arbitro: Alejandro Sabino.

Asistentes: Carlos Borgarello y Adrián Pérsico.

Estadio: Centenario.