El Cervecero fue el dominador de la historia, al punto que Milton Álvarez tuvo poco trabajo en la noche sabatina. El equipo de Mario Sciacqua corrigió algunas cosas que sufría cuando se alejaba del Estadio Centenario, pero ante un rival limitado demostró que no termina de plasmar una idea de juego que lo favorezca o le de cierta consistencia a la hora de querer consolidarse en el certamen.

El primer tiempo fue discreto, con casi nulas acciones de riesgo. Siempre con el Cervecero como protagonista, principalmente cuando Iván Colman tomaba el rol de conductor. Con los delanteros en una noche a contramano, las más claras fueron remates de Martín Río (y un cabezazo de Anselmo que se fue desviado).

En el complemento, mejoró en la posesión de pelota pero siguió costándole el cambio de ritmo. De cualquier manera, el QAC fue el que estuvo más cerca. Ante la masiva estructura defensiva de Dálmine, recurrió demasiado a los centros, volviéndose una alternativa repetitiva de su ataque.

Las dos más claras para el Cervecero fueron controladas por el arquero Alan Sosa. La primera, tras con un disparo del ingresado Brahian Ayala, y la segunda en los pies de Colman, que quiso colocarla al segundo palo y nuevamente respondió el uno de los locales.

El final y la igualdad sin goles terminaría siendo lógica. Más allá que Quilmes estuvo algo más cerca, nunca tuvo el control o el dominio del juego. Se mantiene en la cima de la zona B junto a Chacarita y volverá a apostar un pleno a la localía, cuando la semana que viene reciba a un difícil Deportivo Maipú en su estadio.

Foto: Villa Dálmine oficial