Los mendocinos vinieron a hacer su negocio al Centenario y con el penal convertido por Javier Velázquez ha falta de seis minutos para el final, le terminaron arruinando la jornada al Cervecero. Fue otra tarde dura, porque el equipo volvió a jugar mal, le costó hacer diferencia frente a un rival inferior, pero que salió a jugar incentivado por la disputa dirigencial y encima contó con los errores de Ghiso, que volvió a hacer mal los cambios y lo terminó pagando con un nuevo empate.

Era un día de fiesta para la gente de Quilmes. Porque el estadio festejaba sus 15 años de vida, porque una gran cantidad de hinchas se acercaron para apoyar a su conjunto en las instancias decisivas del torneo y porque, un buen resultado lo envalentonaba muy seriamente en su objetivo.

Pero dentro de la cancha, el QAC volvió a defraudar. Como ya le sucedió en los últimos cotejos en su casa, se dejó presionar por su rival en el arranque del juego, le costó tener la pelota, debió sufrir alguna llegada de peligro clara de Independiente y recién en el último cuarto de hora de esa primera mitad, pudo equilibrar las cosas.

Encima, cuando todo parecía encaminarse en el tramo final, producto del gol de Narvay (tiro libre pasado de Caneo, que bajó Corvalán y terminó metiendo uno de los dos de punta dentro del arco), desperdició las pocas claras que generó y le dio vida a un rival que se fue sin miramientos en la ofensiva. De a poquito comenzó a acurrucarse cada vez más cerca de Trípodi, teniendo en cuenta que el DT decidió terminar jugando sin delanteros y, en una jugada aislada, Emanuel Martínez terminó llevándose puesto a Velázquez dentro del área. Penal y gol de la visita.

Faltaba poco más de cinco minutos para el final, y el nerviosismo general ya se hacía sentir. El equipo nunca pudo reponerse de semejante golpe y el encuentro terminó en tablas. Festejo desmedido pero entendible de la visita, que consiguieron un punto importante frente a un archirival. A Quilmes solo le generó más dudas en medio de un presente que cada día lo atosiga más y en el que no puede volver a equivocarse. Quedan cuatro fechas y hay mucho en juego.

Final a los golpes

Es conocida las diferencias que separan a José Luís Meiszner, hombre fuerte en la vida del QAC y Secretario General de la AFA, con Daniel Vila, Presidente de Independiente Rivadavia y uno de los principales opositores de la gestión de Grondona. Por eso, el partido se vivió de manera caliente, también fuera de la cancha.

Su punto culmine se dio un rato más tarde de haber culminado el encuentro. Cunado el mandamás mendocino decidió abandonar el estadio en un vehículo particular, se encontró con un grupo de hinchas del Cervecero.

Luego de algunas cargadas, el ánimo de estos crispó. A esa altura, Meiszner ya estaba viendo las acciones de cerca, junto a su grupo de gente más cercana. La situación con forcejeos entre la gente de seguridad del mendocino y los hinchas y algunos golpes a su camioneta y a un auto donde iban trasladándose sus custodios.

Síntesis

Quilmes (1): Trípodi; Emanuel Martínez, Ribonetto, Sergio Rodríguez, Claudio Corvalán; Garnier, Meza Sánchez, Battaglia (ST 23’ Diego Cardozo); Caneo; Narvay (ST 14’ Miguel López) y Mauricio Carrasco (ST 37’ Francisco Cerro). DT: Jorge Ghiso. Sup: Pontiroli, Quiles, Planté y Lentini.

Indep. Rivadavia (1): Guirado; Aveska, Loeschbor, Alloco (ST 36’ Rodrigo Díaz), Seltzer; Sebastián Romero (ST 21’ Diego Caballero), Gabriel Solís, Abel Peralta; Ezequiel Pérez (ST 8’ Javier Velásquez); Ferradas y Pérez Tarifa. DT: Roberto Trotta. Sup: Basabé, Walter Ledesma, Garipe y Germán Gordillo.

Gol: ST 3’ Narvay y 39’ Velázquez -p-.

Amonestados: Martínez y Cerro (Q); Romero, Solís, Loeschbor, Alloco y Guirado.

Arbitro: Carlos Maglio.

Estadio: Centenario.