Quilmes le supo poner calor a la gélida tarde-noche del Centenario. En medio del frío, y en base a goles y una buena producción colectiva, el elenco dirigido por Caruso Lombardi supo contagiar a su gente y redondear una actuación más que positiva ante un siempre duro y complicado Almirante Brown. Los goles tempraneros de Corvalán y Martínez ayudaron en el desarrollo de un partido en el que nunca puso en riesgo su victoria.

No era una situación cómoda la que le tocaba vivir al Cervecero, aunque recién jugaba su segundo partido de la temporada. El mal arranque con derrota incluida, no le daba permiso a otro traspié, que hubiera generado un mar de dudas de cara al futuro. Pero el equipo supo ponerse la pilcha de candidato y superó con contundencia a su rival.

Cuando todavía el partido estaba en pañales, una gran corajeada de Martín Cauteruccio (el mejor jugador de la cancha) le permitió a Claudio Corvalán abrir el marcador, luego de capturar el balón casi debajo del arco. A partir de eso, lentamente todo comenzó a simplificarse para el QAC.

Y así, el equipo comenzó a distribuir mejor la pelota, a asociarse más en ataque, a encontrar espacios que lo llevaron a tener varias situaciones clara de gol y a mostrarse como el claro dominador de las acciones. En medio de este panorama, llegó el segundo tanto: Sebastián Martínez le sacó lustre a su capacidad de ejecución en los tiros libres, colocando la pelota pegada al palo izquierdo del arquero Gastón Losa.

Con esa diferencia se fueron al descanso, por lo que en el tramo final la visita intentó reaccionar y salir de su letargo ofensivo. Pero chocó una y otra vez con su incapacidad para trasladar la pelota con criterio en las inmediaciones del área de Trípodi, más allá del esfuerzo y las ganas que son un sello distintivo de los conjuntos dirigidos por Giunta.

Por eso, con espacios Quilmes podría haber aumentado el tanteador hasta llevarlo a la goleada. La falta de criterio en la puntada final, el cansancio de algunos futbolistas o simplemente la mala puntería fueron un aliado de Almirante.

De cualquier manera, a esa altura el gasto ya estaba hecho y el objetivo estaba cumplido. El Cervecero ganó sus primeros tres puntos de la temporada, pero principalmente logró revertir la mala imagen del debut. Un buen aliciente para los difíciles escollos que ya se le vienen por delante.