Todo mal para Quilmes en Caballito. El equipo jugó muy mal, sobre todo en el tramo inicial donde fue superado claramente por el rival. En la misma jugada se quedó con diez y en desventaja en el marcador y después le costó horrores intentar levantarlo. Y para colmo de males, el final fue caliente, con el plantel peleándose dentro del terreno con los allegados de la institución que pudieron estar presentes en el estadio, con el tema de la deuda económica en el medio.

Jornada negra para el QAC, que termina la tarde con muchas más preocupaciones y dudas, en todo sentido, que con las que había comenzado el sábado. Desde lo deportivo, porque el equipo jugó mal, no tiene funcionamiento futbolístico, ni idea táctica que lo respalde. Y a esto le sumó una falta de convicción alarmante, que lo llevó a ser claramente superado por Ferro por largos ratos. Y desde lo institucional, con un clima caliente, con pelea entre jugadores y dirigentes incluida.

Los ojos estaban puestos sobre el plantel, luego de la no concentración. Por eso, la expectativa era alta, ante un conjunto que se exponía con cambios, a la búsqueda de una mejora a la hora del manejo del balón. Pero de entrada, la perspectiva ya anticipaba que el partido no iba a ser tan placentero. Sobre todo, en el primer tiempo donde no pudo sostener el juego rival en la mitad de la cancha. La conducción de Lértora, el trato del balón de Casanova y la potencia de Pereyra Díaz (la figura) hicieron la diferencia.

Por eso, llegada la media hora y con un pelotazo ante una defensa adelantada, Pereyra quedó solo frente a un Trípodi que dudó más de la cuenta y lo pagó caro: lo dejó avanzar hasta el área y lo bajó. Falta, penal, gol y ventaja para el Verdolaga con un hombre más en la cancha.

A partir de ahí, el Cervecero solo puso superar al rival en un tramo y por ganas y actitud, ante un adversario que ya jugaba con la ventaja parcial. Así y todo, tuvo dos remates que dieron en los palos: un tiro libre de Martínez y sobre la hora un envío de Caneo, tras desborde de Cauteruccio. Hubiera sido injusto.

Algo se rompió entre el plantel y el resto. Los conflictos económicos suman una situación más dentro de un presente complicado y que, de no corregirse pronto, difícilmente le permitan a Quilmes consolidarse en el campeonato.