Por Agustín Monguillot

No es un día más para el Círculo Universitario de Quilmes, que festeja sus Bodas de Diamante. Uno de los clubes más importantes y con más trascendencia dentro del distrito fue fundado el 3 de septiembre de 1938 por veintitrés personas, muchos de ellos jóvenes estudiantes, dándole origen e ideología a un club que hoy está emparentado con el rugby, pero que ha sido escuela de vida para muchos que pasaron por allí. Repasamos un poco de su historia, a la espera de los festejos preparados para el viernes 1° de noviembre.

Los jóvenes pioneros que fundaron la institución fueron los siguientes: Hiram Lauers (primer presidente), Nicolás Traverso, Roberto Peruzzotti, Julio Osella, Héctor Julio Vega, Amadeo Boero, Rene Traverso, Juan Augusto Elesgaray, Yol Gutierrez, Mario Traverso, Norberto Traverso, Rafael Piacentini, Guillermo Margni, Estela Margni, Nélida Mejías de Traverso, Ignacio Mauri, Julio Alberto de Bodt, Rodolfo Alberto López, Luis Alberto Luchelli, José Orengo, Walter Cichero, Orlando Cella y Alberto Iacobucci.

La primera sede social tuvo lugar en Garibaldi 481, inaugurada durante febrero de 1939. Las bochas y el ping pong fueron las primeras actividades, pero el básquet ganó lugar como deporte de conjunto y de mayor convocatoria, donde se llegaron a organizar torneos con más de 70 participantes.

En aquellos años, los ingresos provenían de bailes organizados por la Comisión: el más importante era el “Baile del Estudiante” y el festejo del Carnaval, el más multitudinario. Pero las dificultades económicas que atravesaba obligaron al CUQ a tener que retirarse de la sede de Garibaldi en 1945 y pasar a sesionar en la casa del por entonces presidente, Alberto Otamendi. Con el objetivo de obtener un campo de deportes, el mismo Otamendi ofreció unos terrenos pertenecientes a su familia ubicados en Dardo Rocha y Rodolfo López. Aquel proyecto no prosperó y se continuó sin predio de deportes durante muchos años.

Otros deportes se fueron sumando. En 1947, el hockey irrumpe como otra actividad importante, cuando se afilia el club a la Asociación Argentina. Posteriormente, se sucederían campeonatos ganados y ascensos a través de los años, hasta alcanzar la 1era División. ¿Dónde se jugaba? Se hacía de local en Junta de las Victorias (1ero de Mayo y Mosconi). Hasta la esgrima, muy popular por aquellos años, fue uno de los deportes más estimulados con exhibiciones y torneos internos. También el patín tuvo su lugar.

1949 fue un año trascendental en la historia del Círculo, pues se concreta la compra de la Casona sita en Paz 871. Habían pasado años de sesionar en casas de socios y alquileres de locales céntricos, hasta encontrar el lugar que es símbolo del CUQ y donde funciona la sede social hasta hoy.

Ese mismo año, se da el primer intento de insertar el rugby en la institución, con la creación de una Subcomisión integrada por Amilcar Ibarra, Juan C. Lomban y Carlos Raris. Se jugaron algunos partidos contra San Jorge, Old Philomatian (San Albano), Lomas y Belgrano, entre otros, pero el hecho de no contar con un campo propio diluyó la práctica hasta su disolución definitiva, en 1951. A continuación, vale hacer una pausa en la historia del CUQ, para recalar en los distintos proyectos rugbísticos integrados por las personas que hoy manejan los hilos del club.

El nacimiento del rugby criollo

Eran tiempos en los que la práctica del rugby era un privilegio para pocos. No se daba la excepción en la ciudad de Quilmes, donde el Colegio San Jorge -de procedencia inglesa- tenía la exclusividad. Por entonces, el Old Georgian era cerrado hacia las personas que no conformaban su núcleo y ser alumno o ex alumno de la escuela se convertía en un requisito excluyente para poder integrar el equipo.

De todas formas, eso no impedía que la gente “de afuera” se acercara a ver los partidos de uno de los clubes más añejos del rugby criollo. Así es como surgen distintas iniciativas de jóvenes que querían practicar el deporte. El 30 de agosto de 1952, se creó los Quilmes Rugby Club y al año siguiente se lo afilia a la Liga Católica de Rugby, donde hacía de local en un terreno cedido por el Club Argentino de Quilmes sobre la calle Otamendi. Con el padrinazgo de los clubes Pueyrredón y Curupaytí, los Quilmes R.C. consigue empezar a competir con dos equipos en las competencias de la Unión Argentina de Rugby (UAR). Desafortunadamente, la crecida del río arrasó con la cancha prestada y con las ilusiones del flamante club presidido por Francisco Conigliaro.

El 27 de junio de 1964 surgió el Canguros Rugby Club, con el objeto de “fundar una asociación deportiva, cuya principal finalidad es la de llevar a cabo la práctica del rugby”. El club presidido por Pedro Labourt no formaba parte de ninguna competencia y se tenía que conformar con organizar algún amistoso con el equipo de turno que tuviera fecha libre. Leones de YPF, otro de los equipos criollos quilmeños, corrió la misma suerte.

Mientras tanto, cuatro ex jugadores de los Quilmes RC se habían decidido irse a jugar a Los Tilos. A pesar de formar parte de un club con todas sus letras, Raúl Peratta, Ítalo Colautti, Luis Compini y Roberto Dellavalle aún tenían ese sueño de formar un equipo propio. Así fue como un día de 1964 decidieron dejar a los platenses. “Nos llamó el presidente a su oficina y nos dijo ‘Están locos, el año que viene subimos a Primera, quédense’. Efectivamente, eso sucedió en 1965, pero sin nosotros”, recuerda Peratta.

De todos estos movimientos rugbísticos citados, el 13 de junio de 1965 se dio origen al Club de Rugby Río de La Plata, en una reunión de 50 personas donde se proclamó a Raúl Peratta e Ítalo Colautti-ya con la experiencia de haber integrado un club de rugby- como presidente y vice presidente. Ricardo Richi Ghering, uno de los primeros miembros, rememora aquellos comienzos: “Tenía 18 años y estaba en mi primer año de facultad, en La Plata. Naturalmente, tomaba el tren en la estación. Los muchachos me convencieron de ir a jugar. Éramos todos jóvenes, fueron muchos que jugaban al handball en el club Alemán, otros que hacían atletismo en la cervecería. Básicamente, invitaron a todos los que sabían que hacían algún deporte”. Richi pide nombrar al profesor Sorrentino, del Colegio Nacional de Quilmes, porque fue uno de los primeros que impulsó el deporte a sus alumnos.

En principio, se formó una reserva (jugadores de 18 a 21 años) y una tercera (21 años en adelante). Para obtener la afiliación a la UAR, se jugaron amistosos ante GEBA, Old Philomatian, Los Pinos, Deportiva Francesa y Pucará. Otra exigencia de la entidad madre era conseguir el padrinazgo de dos entidades que avalaran el ingreso. Eso no le resultó difícil. El Club de Rugby de Río de La Plata consiguió el apoyo de tres: Los Tilos, Old Gerogian y Olivos Rugby Club). Comenzó en la tercera división clasificación, donde hizo su debut ante YPF (empate en 0) y cerró el torneo en la cuarta posición.
Nómades del rugby

Los integrantes de Río de la Plata fueron de lugar en lugar. En 1966, los partidos se jugaron en una cancha prestada por Universitario de La Plata. Un año después, se hizo la primera incursión en un campo ubicado en el kilómetro 30,500 de Camino General Belgrano, cedido por la firma Coca Cola.

En la siguiente temporada se retorna a la U, pero se produce otro hecho histórico: la adquisición de un terreno de 4 hectáreas en Ranelagh, cuyo consorcio formaban parte Reginald y Norman Lee, dueños de la envasadora de Coca Cola. No reconocer la predisposición de la familia Lee sería una falta de respeto: siempre brindó todo su apoyo para que ese sueño de tener el campo propio se hiciera realidad.

Pero los esfuerzos de todo el Rugby Río de la Plata fueron insuficientes, y entonces unir fuerzas ya no se presentaba como una opción, sino como una necesidad económica. Los bailes, rifas y hasta donaciones no alcanzaban. “Éramos todos chicos, yo era el más grande con 22 años. Trabajábamos como animales en esos terrenos, pero no podíamos construir el club”, cuenta Peratta. Aquí es el punto donde se unen las dos historias descriptas.

La unión

En esta historia, vuelve a ser protagonista el CUQ, otra institución que buscaba su lugar para poder unificar y situar sus actividades deportivas. Peratta describe como se encuentran las dos instituciones: “Una prima mía estaba casada con el presidente del CUQ, Ignacio Mauri. Empecé a hablar con el para hacer una fusión, hecho que concretamos a fines de 1969. Nosotros entregamos las tierras y los socios, y ellos se comprometieron a terminar el club. En 1970, pasamos a ser todos el Círculo Universitario de Quilmes”. El rugby se sumó al hockey, el tenis y la natación que ya proveían la institución de Paz 871.

El debut bajo el nombre de CUQ fue ante Manuel Dorrego, el 3 de mayo de 1970, al que derrotó por 21 a 3. Así formó aquel equipo: M.Val; J.Ghering; C.Reinke R.Ghering; H.Garay; J.Labourt y L.Vaccaro; J.Val, R.Perata y J.Cassiau; A.Otamendi y H.Freitas; L. Pompilli, C. Montini y A. Campana. En su primer año, se consagró campeón de forma invicta de la tercera división y se quedaría en la puerta del ascenso a primera un año más tarde.

El nuevo milenio trajo una nueva mudanza. En 2004, se concreta un fideicomiso entre el CUQ y el Instituto Cultural Mancedo para utilizar las instalaciones del colegio. El Círculo remodeló completamente el predio, con construcción de una cancha de rugby, vesturarios, quincho, pileta y más. Aún se prevé realizar nuevas obras, pero en casi 75 años de historia, el CUQ y los criollos del rugby dejaron de buscar. Encontraron su lugar en el mundo.