Por Javier Rodríguez

Del trabajo a entrenar, sin descanso, así es su vida. Pero “todo el sacrificio se ve recompensado”, le explica Aníbal “El Terrible” Cianciaruso (28) a Deportes En Quilmes, luego de darse el gusto de coronarse Campeón Sudamericano Amateur de Muay Thai (Categoría Liviano) ¡y nada menos que ante un brasilero! El luchador, representante del gimnasio del Club Alsina, puso a Quilmes en lo más alto del subcontinente y va por más.

- El día del Título, el tuyo fue el primer combate ¿te gustó esa experiencia?

- Me tocó abrir la velada luego de la presentación de la peleas por los títulos. Los espectadores tomaron inmediatamente partido y gritaban “Argentina, Argentina“, ya que mi rival era brasilero. Desde las tribunas bajaba el aliento de la gente y hasta corearon mi nombre tras la victoria. Fue una experiencia muy emocionante.

- ¿Sabías algo de tu contrincante?

- No, lo conocí en la misma noche del combate. Se llama Anderson Castilho, es un peleador brasilero de buen trabajo con las piernas, pero no tanto en la parte de puños.

- ¿Cómo fue la pelea?

- El primer asalto fue duro, recibí buenos golpes pero, para mala suerte de mi rival, siempre me encontró bien parado. En el segundo me sentí más cómodo, nunca retrocedí y eso lo intimidó, hasta que en la tercera vuelta salí a definir el combate: trabajé el clinch –agarre-, las rodillas y el codo. De esa forma lo noqueé, una rodilla que lo aflojó, seguida de un codo que lo dejó nocaut.

- ¿Ya está programa la defensa?

- Será en septiembre, en Chile. Vamos muy bien encaminados para seguir en lo más alto de mi nivel.

- Este año también se te presentó la oportunidad de viajar a Tailandia…

- Sí, fue una grata sorpresa. Nos enterarnos que en agosto vamos a estar viajando para buscar el Título Amateur Liviano en la mismísima cuna del Muay Thai.

- ¿Contás con algún sponsor?

- Lamentablemente no, en la Argentina el Muay Thai aún no está muy difundido, a diferencia de lo que pasa en Europa o Asia, donde tiene mucho peso. Igualmente, seguimos en la búsqueda de sponsors que nos brinden su apoyo, tan necesario para seguir creciendo profesionalmente y concretar los viajes al exterior.

- ¿La vida de peleador es muy sacrificada?

- Totalmente. Ir a entrenar es difícil: salgo a las seis de la mañana hacia mi trabajo, llego al hogar alrededor de las 18, paso un rato con la familia y me voy al gimnasio tipo 20, hasta las 22. Por supuesto que todo el sacrificio se ve recompensado por este logro tan importante, todo esto te ayuda a valorarlo muchísimo.

- ¿A quién le dedicás el Título?

- Principalmente a mi familia, que me apoya incondicionalmente, a mis entrenadores, a todos mis compañeros del Dojo y a Miguel Carpinacci, Presidente de Muay Thai Argentina que siempre me tiene en cuenta.