Inteligente, locuaz y simpático como de costumbre, Sergio Maravilla Martínez no ocultó nada de cara a la defensa de su corona de los Medianos (CMB) que tendrá lugar el 7 de junio en el Madison Square Garden de Nueva York ante el ex titular puertoriqueño en tres divisiones Miguel Angel Cotto. En la escala porteña de la gira promocional -de la que no participó su retador- que ya pasó por Puerto Rico, la Gran Manzana y Los Angeles, el campeón mundial quilmeño se mostró confiado en un triunfo y adelantó desafiante: “El busca hacer historia, más de la que ya ha hecho -NdeR: de ganar, sería el primer boricua en reinar en cuatro pesos diferentes-. Pero esa noche no va a poder conmigo. Cotto se irá noqueado. Va a terminar dormido”.

“Le tengo mucho respeto a Cotto. Pero el 7 de junio sé que le voy a ganar. No van a hacer falta los jueces, gano por nocaut”, advirtió Martínez y, como es su costumbre, no escatimó halagos hacia su rival: “es un gran campeón y voy a tener que tener mucho cuidado. Es un boxeador con mucha historia, de mucho peligro, con una muy buena escuela. Pero si me encuentro en perfecto estado, como sé que voy a estar, no deberé preocuparme demasiado. Tengo que ocuparme de hacer mi trabajo. Viene respaldado de una gran trayectoria y no hay dudas de que hará historia. Pero no en esa noche”.

Cuando Martínez entre al encordado del Madison se cumplirán exactamente un año, un mes y once días desde su último combate, aquella noche lluviosa en la que en una colmada cancha de Vélez se impuso por decisión unánime ante el británico Martin Murray. Las lesiones que sufrió durante dicha defensa generaron dudas acerca de su regreso a los rings. Hoy, con su mano izquierda totalmente recuperada hace meses, es su rodilla derecha la que sigue causando incertidumbre.

Alejando cualquier fantasma sobre su estado físico, Martínez explicó que “estaba arrastrando esa lesión que me trajo muchos dolores de cabeza. Por momentos fue una verdadera pesadilla. Me volvió loco. Pero los retos están para enfrentarlos, eso se hizo, y ya está superada la lesión. El 31 de marzo voy a empezar a entrenar bien en el campamento, como es debido. Siempre suelen ser un total de ocho semanas, pero esta vez serán nueve” y cerró reafirmando que espera una nueva victoria: “voy a llegar muy bien, más afilado que nunca. En este combate no va a ganar ni el más fuerte, ni el más rápido, que soy yo; en este combate va a ganar el más inteligente, que también soy yo”.