Muchas veces se lo tilda al fútbol como un deporte que siempre es capaz de entregar sorpresas. Ese que el gran Dante Panzeri retrató con su famosa frase "dinámica de lo impensado". Bueno, esa ley futbolera muchas veces se ve alterada. El más claro ejemplo se dio este jueves en Tucumán, cuando el nuevo líder del torneo, Atlético, fue superior y le ganó con merecimiento a un Quilmes que, como suele pasar en el último tiempo, se va desdibujando con el correr de los minutos. Esta vez, uno de los mejores le ganó a aquel que anda mendigando por debajo de la mitad de la tabla: lógica pura.

Estaba claro que el Cervecero llegaba de punto a Tucumán. Que la presión, las ambiciones, los objetivos estaban en la vereda de enfrente. Pero el conjunto visitante estuvo por debajo de cualquier expectativa de oposición seria para un rival que sueña a pasos agigantados con el ascenso.

Y eso se ve agravado en el rendimiento de su rival. Porque el Decano lejos estuvo de acercarse a sus mejores actuaciones en la temporada. Aprovechó la gran cantidad de faltas cerca de su propia área que generó Quilmes, fue ganando confianza con la pelota luego del gol y en la segunda parte se dedicó a trabajar el partido, intentando complicarse lo menos posible.

¿Qué propusieron los del Chaucha a todo esto? Apenas el entusiasmo de los minutos iniciales, con un par de cabezazos de Morales y luego...la nada misma. A medida que fue perdiendo peso en la mitad de la cancha, le fue entregando el protagonismo al rival y ni siquiera en desventaja en el marcador, contó con el arrebato suficiente para intentar cambiar las cosas. Pobre, muy pobre.

A esta altura de los acontecimientos, pretender que este equipo genere una imagen distinta a las actuales es casi una quimera. Pasaron tres encuentros de la Era Bianco y la historia sigue siendo la misma. Poco juego, escasas virtudes individuales, defiende mal, ataca (¿ataca?) peor y no le hace un gol a nadie. Todo eso junto provoca un combo bien explosivo.

Quedan cinco fechas por delante, demasiado sufrimiento para un conjunto que cada vez está más cerca del último lugar. Algo impensando por la trayectoria de la institución, pero totalmente creíble por las impresentables actuaciones que tiene dentro de la cancha.

Síntesis

Atl. Tucumán: Ischuk; Bressán, Javier Páez, Azconzábal; Erroz (ST 44’ Diego Reynoso), Martín Granero, Musto, Sebastián Longo; Matías García (ST 37’ José Saavedra); Luís Rodríguez y Juan Pablo Pereyra (ST 39’ Leopoldo Gutiérrez). DT: Héctor Rivoira. Sup: José Valdiviezo, Facundo Quiroga, Mauricio Verón y Claudio González.

Quilmes: Giordano; Tucker, Herbella, Fassi; Sebastián Luna (ST 8’ Jorge Medina), Aparicio, Marcelo Guzmán (ST 34’ Marclay), Mauricio Almada; Olivares, Diego García (ST 24’ Narvay) y Juan José Morales. DT: José María Bianco. Sup: Pontiroli, Quiles, Francisco Cerro y Nelson González.

Gol: PT 25’ Páez.

Amonestados: Bressan, Musto y Pereyra (AT); Luna (Q).

Arbitro: Alejando Toia.

Estadio: Monumental (Tucumán).