Era la posibilidad de reivindicarse en casa para Quilmes. En el Centenario perdió cuatro partidos en esta temporada y, después de haber ganado un par de partidos consecutivos, la expectativa estaba centrada en ver si podía quebrar a un rival como Godoy Cruz, que está a la par de su flojeza actual. Bueno, esto no sucedió. El encuentro fue malo, los dos se prestaron momentos y ocasiones, pero el en el balance el empate es justo. Los dirigidos por Falcioni no pueden mejorar su rendimiento.

Reparto de puntos. El resultado, como sucede a veces, marca claramente las limitaciones que mostraron dos conjuntos que bordean el último lote de equipos de la tabla. Tanto les cuesta, que sus posibilidades de ganarlo se dieron más por avivadas o por errores del contrario. Pese a todo esto, armaron un partido de bajo vuelo, que en el QAC vuelve a preocupar…

Es que, pese a haber maquillado mínimamente a su equipo, Falcioni sigue sin dar pie con bola. Este sábado al Cervecero volvió a faltarle resolución con la pelota, falló permanentemente en la tenencia y en el plano individual, hubo rendimientos que no coincidieron con la expectativa que había en la previa. Justamente, por todo esto, le costó asumir de nuevo el protagonismo y el Tomba en varios ratos fue quien condujo las acciones.

En medio de esos ratos que se fueron dividiendo para uno y otro, fue Quilmes quien tuvo las más claras del tramo inicial. Una increíble que, tras un tiro libre hecho rápido, Zacaría remató y Tito Ramírez despejó abajo del arco sin arquero enfrente. Y en una contra furiosa, el nueve cedió para Zacaría que entrando por el costado le dio muy cruzado al balón cuando quedaba mano a mano con el golero Rey.

Los mendocinos tuvieron las suyas en el tramo complementario. Después de la salida de Braña y de un elenco local que intentó adelantarse en el campo, pero le duró poco, Kevin Mercado aprovechó la perdida de una pelota de Scifo y remató para que empezara a lucirse Walter Benítez. Es que el arquero fue una muralla para todos los remates de media distancia que intentaron cada uno de los jugadores visitantes que prefirieron resolver desde larga distancia. Nobleza obliga, en la última (de Zuqui) el palo devolvió el balón.

Pese a mantener por tercer partido consecutivo (uno por Copa Argentina) su arco en cero, el ánimo y la expectativa siguen siendo bajas en el Cervecero. Es que, el equipo no puede hacerse fuerte en casa, no encuentra una línea de juego que le quede cómoda y no prevalece ante rivales empobrecidos con relación a temporadas anteriores.

Con la cabeza del DT a salvo, a partir de ahora será cuestión de ir viviendo el paso a paso. Nadie puede aventurar que puede pasar, más allá de un próximo partido. Con este nivel futbolístico, los resultados seguirán siendo los que determinen como llegará el QAC al receso de junio.