Alcanzaron los 29 minutos (más el descuento) que duró el mini-partido para sacudir el ambiente en la cancha de Dock Sud. La continuación del duelo clásico entre Argentino de Quilmes y Berazategui tuvo de todo: un mal arbitraje de Rodrigo Pafundi, que no cobró un claro penal para el Mate en el arranque y después el partido se le fue de las manos, tres expulsados y un gol en los últimos minutos que terminó inclinando la historia en favor del Naranja. Los de la Barranca siguen acumulando derrotas.

El partido había comenzado hace casi un mes atrás (25 de agosto) en otra cancha (El Porvenir), con otro árbitro (Sabini) y otros entrenadores en ambos equipos (Manzini reemplazó a Santángelo en el Mate y Phillipp a Bernald en el Naranja) pero más allá de las diferencias, los dos equipos compartían la necesidad de sumar para no alejarse de sus objetivos: el local salir de posiciones bravas en la tabla del descenso y la visita empezar a darle alcance a los que actualmente van al Reducido.

Teniendo en cuenta que su rival arrancó con un futbolista menos (por la expulsión de Aníbal Leguizamón en la parte disputada en Gerli), fue Berazategui quien intentó llevarse por delante a su adversario. Pero en el primer mini-tiempo se quedó en intenciones, ya que le faltó coordinación con la pelota y profundidad a la hora de tenerla. Encima, fue el Celeste quien contó con una situación clave. Iban solo 40 segundos cuando Marclay tiró un centro desde la izquierda y la pelota pegó en la mano de Villagra que tapaba la trayectoria dentro del área. Penal que no fue cobrado, fue solo el inicio de mal partido del juez.

El partido se enrareció en la última parte. Un par de jugadas puntuales calentaron el ambiente. Un entredicho entre Arias y Maydana terminó con un expulsado por bando, dejando al Mate con nueve en el campo. Unos instantes más tarde, el que se iba de la cancha era Gauna, en una exageración del árbitro, que le sacó dos amarillas con una diferencia de apenas dos minutos. Con ocho futbolistas y sin poder hacer un cambio a tiempo, Argentino lo aguantó pero ya en el descuento, un zapatazo de Jonathan Maciel terminó con la pelota contra un palo.

Mucho enojo de los jugadores, cuerpo técnico y allegados del elenco de la Barranca, principalmente por las decisiones de Sabini. Y también amargura y desazón por una mala racha que no llega a su fin y que, cada día que pasa, parece alejarlo de cualquier expectativa de participar de la pelea por el ascenso.