Difícilmente tengan consuelo. O al menos, tendrán que dejar pasar varias horas para que bajen los decibeles después de un desenlace como el que vivieron. Los Gladiadores tuvieron una gran posibilidad de dar el batacazo y bajar a uno de los conjuntos más fuertes de la zona y con un amplio palmarés sobre su espalda. Pero el equipo en el que juega Leonardo Querín pecó al perder una bola en ataque, cometió falta y un penal a segundos del cierre, le dio el triunfo a Croacia.

La historia comenzó con una Argentina moviendo bien la bola en ataque: con el gol de Federico Vieyra y el penal de Fede Fernández (impecable a la hora de esas ejecuciones) se puso arriba. Ese primer tiempo fue un intercambio de golpes. Llegaba el grito de subida de Seba Simonet y enseguida aparecía la réplica de Croacia.

Hubo un breve dominio del elenco nacional cuando Fede Pizarro puso el 11-9 y obligó al primer tiempo muerto rival. Ese momento le sirvió a los croatas para recuperarse, pero igualmente los de Gallardo se fueron al vestuario con una mínima ventaja a su favor: 15-14.

En el segundo tiempo se intensificó el palo por palo. Los Gladiadores no supieron aprovechar una ventaja que tuvo cuando iba 25-24. En los últimos minutos, los europeos fueron más rigurosos defensivamente, marcaron muy bien y gracias a una defensa muy cerrada, comenzaron a edificar lo que terminó siendo una gran victoria.

Claro que, para que eso suceda, primero hubo un error importante en la ofensiva argentina. Con segundos en el reloj y el balón en su poder, terminaron entregando el ataque y cometiendo una falta de penal. El disparo efectivo del rival obligó a una salida rápida con solo nueve segundos en el reloj. Una lástima por el resultado, igualmente, cuando el tiempo pase, estos jugadores se darán cuenta que el nivel mostrado también tendrá su recompensa.