Paso en falso de Argentino de Quilmes en su paso por Loma Hermosa. Cuando parecía que al Mate se le presentaba una oportunidad inmejorable para acomodarse en el campeonato, el equipo que llegaba como colista de las posiciones, terminó siendo superior en el balance general y se quedó merecidamente con el triunfo. J.J. Urquiza marcó notorias diferencias en el tramo inicial y después debió soportar los embates de un rival que tuvo opciones claras dentro de un opaco rendimiento colectivo.

Sus últimas visitas por ese estadio no habían dejado los mejores síntomas. Es más, hace un año atrás, una derrota ante el elenco que dirige Mariano De la Fuente (histórico jugador de Defensa y Justicia, con paso por el QAC) generó la salida de Oscar Santángelo del banco de la Barranca. Para mantener la tónica, la producción fue muy floja, la peor versión dentro de las cuatro jornadas que lleva disputadas.

Desde un primer momento, al equipo dirigido por Juan José Acuña se lo vio dubitativo, inconexo a la hora de la creación y con muchas carencias a la hora de la marca, principalmente en el retroceso. Justamente, así llegó el primer tanto del local: pelota perdida por Tello en ofensiva, el conjunto quedó partido y con espacios, un desborde de Mariano Díaz terminó en un centro y posterior definición de Damián Bogado. Iban 34 minutos y, a esa altura, la ventaja ya era merecida.

Después de verse dominado por un adversario que tuvo más la pelota, que contó con una mayor rotación y diferentes opciones en ataque, desde el banco visitante llegó el momento de barajar y dar de nuevo. Los ingresos de Gaeto y Saayavedra fueron positivos para Argentino. Con más decisión y presencia ofensiva, las oportunidades llegaron: de una jugada colectiva, Rodrigo Benítez reventó el travesaño; un ingreso de Alejandro Monzón fue salvado sobre la línea por el capitán Batarás, en las más claras.

Pero ese ímpetu chocó con carencias propias, con el apuro por el tiempo que pasaba y con un Jota Jota que se abroqueló bien hasta encontrar alguna oportunidad. Y esa llegó sobre la hora. El ingresado Martín Delgado trabó dos veces la pelota hasta quedar mano a mano con Adrián Leguizamón y sin demasiado ángulo se la jugó a un remate seco y fuerte. El uno no lo pudo contener y el resultado comenzó a sellarse.

Un llamado de atención para un Mate que todavía es una incógnita. Un verdadero paso atrás que obliga a detenerse antes de afirmar que este conjunto puede ser candidato a la pelea grande. Lo bueno es que está a tiempo para ir corrigiendo la historia.

Foto: Fernando Martini