Las heridas que quedaron grabadas aquel sábado 9 de junio de 2018, comienzan a cicatrizar. Menos de un año le llevó a Argentino de Quilmes poder curar el dolor que significó una increíble definición que le impidió el festejo a partir de una decepcionante tanda de penales. Insistiendo con las mismas armas y el mismo compromiso que ya había dado resultados en la campaña pasada, pero cambiando algunos intérpretes dentro del terreno de juego y consiguiendo aún más unión como grupo, el Celeste se da el gusto grande de celebrar por un presente deportivo en alza y que la próxima temporada lo encontrará en una categoría en la que tanto merece estar por su historia.

El fútbol muchas veces genera situaciones llamativas. El Mate es un ejemplo, en este caso porque dos temporadas seguidas repitió un andar similar: muy flojos arranques de torneo, mejoramientos con altibajos que en el medio tuvieron rachas netamente ganadoras y un cierre a todo trapo, en el que pareciera no haber forma de que sea superado con claridad por ningún adversario. Aquella primera vez no le alcanzó porque debió correr de atrás todo el tiempo a un Defensores Unidos que nunca se bajó de la primera colocación. En esta ocasión, en cambio, aprovechó la larga siesta que se tomó un Deportivo Armenio que parecía estar listo para desfilar y en el segundo tramo del certamen se cayó de forma contundente, al punto de poner en serio riesgo su chance de ascender de forma directa.

Justamente, fue en la segunda rueda de este campeonato de la Primera C cuando Argentino se potenció futbolísticamente y terminó de plasmar esto en resultados. A mucha velocidad comenzó a escalar ubicaciones, empezó a superar a aquellos rivales que, a diferencia suya, no podían salir de la irregularidad y, dentro de un torneo extremadamente parejo, sin tantas diferencias entre los mejores, no tardó demasiado tiempo en posicionarse dentro de los dos puestos que permiten subir directamente a la B Metropolitana.

La Monchoneta

Sin dudas que los futbolistas son los primeros y principales artífices de lo que produce el equipo dentro del campo, pero hay un detonante para este cambio de rumbo de los últimos tiempos. De aquel Argentino que en años anteriores debía conformarse con llegar entre los del lote de arriba a este que es verdadero protagonista. Y es su DT, Pedro Damián Monzón.

Desde su llegada a la barranca, allá por finales de 2017, generó una pequeña gran revolución futbolera en el club. Principalmente, a partir del contagio que genera con esa estirpe ganadora que le brinda a sus dirigidos. La confianza y la seguridad en su plan de juego terminaron de darle los matices necesarios a este Mate para que se la crea. Con más o menos material que sus adversarios de turno, ante pesos pesados o aquellos preparados para dar una sorpresa, el elenco del Moncho juega siempre de la misma manera.

Esa ambición, el sacrificio constante y mucha intensidad durante los noventa minutos son la marca registrada que tiene la Monchoneta, esa simpática manera de mencionar a un grupo que, bajo la idea de su entrenador, quedará grabado en la memoria del hincha.

Ya vendrán los tiempos de ponerse a pensar en el futuro inmediato. Ahora es momento de levantar una copa (o un mate) para celebrar. De recordar aquellas páginas exitosas que estaban olvidados y hoy parecen estar de regreso. Es que, se siente, se late. Argentino está de fiesta.

Foto: Silvana Livigna