Fue una última fecha particular para el QAC, que hoy no tenía tanto en juego, ya que el equipo había podido acomodarse en la tabla en estas últimas fechas, había alcanzado el máximo objetivo al que podía aspirar -el cuarto puesto- y solo dos resultados catastróficos podían sacarlo de ese lugar. Pese a todo, volvió a pagar caro los errores, el mal nivel individual y colectivo y la falta de juego, su principal carencia a lo largo de toda la campaña. Por eso, sumó un nuevo golpe, inapropiado e innecesario por el momento en que se dio.

Los cordobeses fueron otro de los tantos conjuntos que se atrevieron a manejarle la pelota en el arranque y lo hicieron con criterio. Después, aprovecharon un horror de Brahian Ayala, que dudó en salir jugando, remató sobre un rival, el rebote le jugó en contra y Walter Berrondo lo aprovechó para abrir el marcador con un disparo cruzado al segundo palo. Iban 14 minutos de partido.

Aunque logró un poco más de conexión con el bajón, le costó mucho ser profundo al Cervecero durante esa etapa inicial, fueron muchos centros, pero casi ninguna situación de real peligro, salvo por un disparo por lo bajo de Mario Sanabria, que Julián Bonetto no pudo corregir entrando por el segundo palo.

Con mayor intensidad arrancó en el complemento, pero en un abrir y cerrar de ojos, Racing aumentaba su ventaja. A los 5 minutos, una mala cobertura defensiva dejó al ingresado Franco Coronel mano a mano con el arquero y definió de forma correcta con un toque sutil. Cuando el descalabró era mayúsculo, los cambios movieron un poquito al equipo que, rápidamente a los 16 llegaría al descuento: corner desde la derecha y buen cabezazo de Martín Río al ángulo.

Después del tanto, fueron unos minutos de furia, en el que el empate parecía estar al caer. Inclusive, Agustín Bindella tuvo la más clara con un disparo que se fue rozando el palo. Pero un nuevo parate de los tantos que realizó el arquero visitante, Joaquín Mattalia, sirvió para enfriar el juego y, aunque siguió yendo, todo le costaría un poco más a los dirigidos por Ariel Fuscaldo.

Más allá que, a los 33 minutos Abel Bustos vería la roja, la Academia cordobesa supo aguantarlo, ante un rival con ímpetu, sobreacumulación de jugadores, pero poca claridad y sensatez. Por eso, terminaría siendo un gran triunfo para el elenco visitante.

Para Quilmes, no hubo caso. Ni los días, supuestamente más tranquilos, puede salir airoso. Con poco, va a jugar el Reducido por el segundo ascenso. Con poco, se ilusiona. Principalmente, porque es fútbol y cualquier cosa puede ocurrir.

Foto: QAC oficial