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Por Emiliano Brescia (*)

En una pelea brillante, en la que dominó durante casi todos los asaltos, Sergio Maravilla Martínez venció por decisión unánime a Kelly The Ghost Pavlik, coronándose, en la madrugada del domingo, campeón en la división de los Medianos (CMB y OMB). A base de movilidad, técnica y táctica, el quilmeño terminó propinándole una verdadera paliza al temido pegador estadounidense, nada menos que ante su gente, en el Boardwalk Hall de Atlantic City.

Las tarjetas fueron 115-112 (Craig Metcalfe), 115-111 (Bárbara Pérez) y 116-111 (Roberto Ramírez).

De esta manera Martínez (45-2-2 / 24 nocauts), actual monarca Superwerlter CMB, deberá elegir en los próximos días con qué títulos se queda, aunque se descuenta que permanecerá en la categoría mediano, la de su ídolo Carlos Monzón.

Desde el primer round, el argentino, zurdo y estilista, tuvo bien claro en su mente cuál era la pelea que tenía que hacer ante un boxeador de la potencia de Pavlik (36-2 / 32 nocauts). El negocio era caminar constantemente y en el momento preciso combinar, para luego salir rápidamente y volver al trabajo de cintura y piernas. Precisamente en el asalto inicial, Martínez logró propiciarle a su rival un corte sobre el párpado izquierdo.

Del segundo al cuarto round existió una diferencia abismal en favor de Maravilla. Pavlik se desesperaba porque no lo podía encontrar; Martínez estaba y no estaba a la vez y, al menor descuido, combinaba sobre el estadounidense, cuyo estilo de boxeo ofensivo y lineal encajaba como anillo al dedo para el quilmeño.

Sin embargo, en el quinto la historia comenzó a modificarse. Poco a poco el Fantasma fue encontrando a Martínez, que pareció sentir algunos de los golpes. En el sexto se acentuó el dominio de Pavlik y en el séptimo el argentino fue a la lona. Es cierto que el resbalón ayudó a propiciar la caída, pero el golpe existió y el conteo del árbitro David Fields fue correcto.

Algo pasó dentro de la cabeza de Maravilla, pues a partir del octavo salió a buscar el combate a lo campeón. No quiso saber nada con que le vuelva a ocurrir lo mismo que con Paul Williams y se hizo dueño, una vez más, de la pelea. De allí hasta el final Martínez castigó duramente a Pavlik, que prácticamente no pudo replicar. Los últimos dos rounds fueron una auténtica paliza, el estadounidense sufrió otro corte, esta vez del lado derecho, y hasta pudo ir al piso.

Las caras de ambos una vez finalizado el duelo decían todo: Martínez destilaba alegría y Pavlik, ensangrentado, era el rostro de la derrota. El fallo, ejemplar, confirmó lo que se esperaba y Argentina tiene por primera vez en su historia un campeón del CMB, la entidad más mítica e importante, en dos categorías distintas.

(*) Especial para DQ