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El Centenario fue una fiesta porque el Cervecero vuelve a ser de Primera. A pesar que un empate le daba el tan ansiado ascenso, Quilmes, intentó ganarlo en un tramo inicial, en el que tuvo la pelota y las mejores situaciones. En el segundo, los cordobeses casi no generaron peligro y el local comenzó a aferrarse al punto que lo terminó devolviendo a la máxima categoría. Pura emoción en el rostro de los jugadores y el técnico: aunque se complicó, se cumplió el objetivo. Ahora a festejar.

Poco importó la pobreza del partido, la realidad del equipo...cuando Pablo Lunatti marcó el final del partido a los 45 minutos clavados, el Centenario explotó. Y la razón bien lo valía: Quilmes retornaba a la elite del fútbol argentino, más allá que su cierre de campeonato estuvo lejos del ideal.

Es que, más allá de la fiesta que armó la gente, antes, durante y después del partido, también había un partido por delante y la necesidad de sumar al menos una unidad, que le permitiera asegurarse el objetivo sin depender de nadie.

Pero el partido estuvo a la altura solo a cuentagotas. Entre el conformismo del local por un resultado que le convenía y la tranquilidad del Pirata, a quien el punto le permitía cerrar una gran campaña en la segunda rueda, si terminó dando un encuentro chiquito, con poca ambición y escasas situaciones de peligro.

Lo mejor de Quilmes se vio en el tramo inicial del primer tiempo. Presionando en la mitad de la cancha y saliendo rápido por los costados con Garnier y Kalinski, tuvo las más claras con un remate del platinado jujeño que dio en el travesaño y dos tiros de Caneo (uno se fue cerca del palo y la otra en tijera, terminó arriba del horizontal). Belgrano también tuvo la suya con un cabezazo de Lollo que se fue besando el palo y que muchos en la cancha creyeron que había sido gol.

En el segundo, la historia fue bien distinta. Agotado desde lo físico y superado por las circunstancias, el QAC se replegó y se olvidó de atacar. Le dio el protagonismo al conjunto cordobés, que tuvo la pelota casi todo el tiempo, pero que apenas pudo encontrar peligro en un remate de Chavarría que sacó Trípodi.

A esa altura de las circunstancias, todos esperaban el final. Y Lunatti les dio el gusto a los 20.000 fanáticos que concurrieron al Centenario, al no adicionar ni un segundo. Era momento de empezar a descargar tanto nervio contenido y empezar a celebrar por un equipo de primera. Es que, después de tres años, Quilmes pega la vuelta. Las cosas están en su lugar.

Síntesis

Quilmes (0): Trípodi; Quiles, Ribonetto, Agorreca; Garnier, Francisco Cerro (ST 34’ Battaglia), Meza Sánchez, Kalinski, Claudio Corvalán; Caneo (ST 43’ Narvay); Damián Gómez (ST 38’ Mauricio Carrasco). DT: Jorge Ghiso. Sup: Pontiroli; Emanuel Martínez, Marcelo Guzmán y Diego Cardozo.

Belgrano (0): Olave; Pautasso, Lollo, Gabriel Ramón, Fernando González; Mansanelli (ST 24’ Andrizzi), Mahecha, Farré, Franco Vázquez; César Pereyra (ST 28’ Osvaldo Miranda) y Pablo Chavarría. DT: Jorge Guyón. Sup: Rigamonti; Rúdisi, Adrián Maidana, Aldecoa y Héctor Cuevas.

Arbitro: Pablo Lunati.

Asistentes: Diego Romero y Matías Beares.

Estadio: Quilmes.