Los dos querían ganar. Para cortar las malas rachas de sus flojos presentes, para empezar una recuperación y para alimentar la esperanza numérica de la tabla de los promedios. Pero el empate fue el resultado que menos les convino a ambos. Quilmes e Independiente sumaron poco con esta igualdad y demostraron no poder salir de su regularidad. Para Quilmes fue un mínimo punto de partida, pero que lo mantiene hundido en sus pretensiones de continuar en Primera.

Al final, terminó siendo un hibrido para el QAC. La satisfacción por las ganas con las que salieron a jugarse la vida en el tramo final, se desdibujan ante el poco valor que tiene el punto conseguido. Los malos antecedentes previos en este Clausura, pusieron al equipo entre la espada y la pared, generándole la insatisfacción permanente ante un partido no ganado.

Y encima, le volvió a costar ante un rival débil como este Independiente. Que en el primer tiempo se adueño de la pelota y con un gambeteador y encarador Patricio Rodríguez tuvo el desequilibrio necesario para molestar al Cervecero. Aunque, la situación más clara de gol haya sido de Cauteruccio, quien no pudo definir ante la salida de Hilario, luego de haber trabado y ganado la pelota dos veces en el comienzo de la jugada.

La ventaja y el cambio obligado (Jairo salió lesionado) lo decidieron a Mohamed a elegir un planteo más especulativo para la segunda mitad. Y si bien Quilmes no le encontraba la vuelta al asunto, las ganas empezaron a potenciarse desde la aparición en cancha de Diego Torres. Tanto entusiasmo, solo faltaba cristalizarlo en la red…hasta que la situación llegó: centro de la izquierda de Garnier y potente cabezazo de Jota Morales, que le cambió el palo al arquero.

A partir de ahí, los de Caruso parecían querer llevarse por delante a su adversario, pero la poca precisión ofensiva terminó conspirando en su contra. Así fue que el Rojo decidió apostar un poquito más y casi lo define con una contra. Pero en el cierre el encuentro se hizo de ida y vuelta, y Quilmes casi lo gana por un remate de Torres o un tiro libre de Sebastián Martínez que raspó en ángulo.

Pero el final los encontró en tablas. Igualados en juego, en puntos y en realidades. La del Cervecero sigue siendo sombría, ya que hoy con actitud no alcanza. Se necesitan triunfos para mantener la categoría.