Por Leonardo Testa

Fue todo de San Martín. La visita controló la bocha y el campo durante el transcurso del partido y así logró quedarse con un importante triunfo en el Anexo Cervecero. Es que las chicas de Quilmes A jugaron uno de sus peores partidos del año, frenando la gran levantada que venían evidenciando en las últimas fechas. Tres puntos valiosos para la visita, mientras las dirigidas por Javier Gamo se prohibieron de festejar su permanencia en la categoría.

San Martín empezó ganando desde el vestuario, ya que a los tres minutos de haber empezado el encuentro se puso en ventaja. Lucila Campos, encontró la bocha en medio del semicírculo y con un derechazo oportuno clavó el primer tanto de la tarde quilmeña. Sin embargo, las cerveceras no tardaron en reaccionar, y a los cinco minutos Florencia Peña desvío la bocha, tras un remate de Mariné Russo, decretando el empate parcial.

Los minutos comenzaron a pasar, y la intensidad del partido comenzaba a bajar. La visita era dueña de las bochas y del campo de juego, mientras que Quilmes repetía muchos errores, no podían frenar los avances laterales, los relevos no llegaban a tiempo, y las bochas divididas quedaban todas en poder de San Martín.

En medio de ese panorama, el equipo dirigido por la dupla Ruiz-Croveto comenzó a tener situaciones de gol, pero la falta de puntería en la definición, y las atajas de Nadia Scott mantenían el empate en el marcador. Sin embargo, a los 20 minutos y en su primer corto, Carla Paris Muiña de media vuelta logró romper con la igualdad en el resultado.

En los minutos restantes comenzaron las imprecisiones, el gol no logró hacer reaccionar a las quilmeñas, que seguían sin poder hacer pie en el Anexo. La chicharra indicó el fin de la primera mitad, y que la visita se iba al vestuario con los tres puntos que venía a buscar.

El partido valía seis puntos, y se esperaba una reacción de las dirigidas por Javier Gamo, sin embargo nunca encontraron la forma para dar vuelta el resultado. Cuando atacaban se olvidaban de marcar en defensa, y sufrían con los contraataques. Les faltó la furia y la rebeldía que las caracteriza para superarse en las adversidades. Perdían bochas increíbles, se equivocaban a la hora de elegir el pase, y hasta en algunas ocasiones se las veía con las manos en la cintura, y con el palo levantado…

San Martín fue inteligente, se basó en el libreto que tenia, y por más de estar ganando el encuentro fueron a buscar un tercer gol, sin descuidarse atrás. En consecuencia, no sufrieron grandes peligros en su arco, y lograron convertir en figura a la arquera local.

Ni un fijo sobre el final, le dio a Quilmes la chance del empate. Y San Martín logró llevarse lo que vino a buscar: unidades que cotizan como oro para evitar los últimos puestos de la tabla.