Un representante lastimado, huevazos, sillazos y varios destrozos fueron el saldo de la asamblea que ayer debió ser suspendida en la sede del Quilmes Atlético Club como consecuencia de la batahola desatada entre los dirigentes presentes. La convocatoria había sido para tratar la memoria y balance del último ejercicio y el presupuesto correspondiente a la última temporada.

Alejandro Marini, presidente del hockey del club, que intentó llevar la voz cantante del oficialismo, fue el que recibió la peor parte. Otro que no la pasó bien fue Alberto Coco Budesky que quiso presidir la asamblea pero finalmente debió darla por suspendida en medio de la trifulca generalizada que se desató en la sala de presidentes y que incluso, generó que el inspector de Justicia, que seguía el desarrollo de la reunión, se retirara.

La previa a la asamblea ya era tensa porque los dirigentes opositores, con Armando Gianmmarini a la cabeza, habían solicitado durante la semana un detalle sobre las deudas documentadas y los acreedores varios que aparecían en la documentación. Nunca hubo respuestas. El contador Ricardo Puhl, ante la insistencia de dirigentes opositores, respondió que en el listado de acreedores había amigos cuyas esposas no sabían que habían puesto dinero en el club y que por ello, no podían revelar su identidad. Esa fue la gota que rebalsó el vaso entre los opositores que exigían precisiones y los representantes oficialistas que daban respuestas sarcásticas.

La intervención de uno de los representantes del oficialismo, desató la trifulca generalizada donde no faltaron huevazos, sillazos y trompadas.

Los opositores estaban acompañados por un grupo de hinchas caracterizados y la batalla fue campal. Ni la presencia policial pudo impedir el bochorno desatado. Hasta se llevaron dos cuadros de ex presidentes del Club: José Luís Meiszner y Daniel Razzetto.

El lugar elegido para la asamblea tampoco ayudó para evitar que la gresca pudiera ser rápidamente controlada, ya que la misma funcionó con más de sesenta personas en la sala de reuniones de la Comisión Directiva, un lugar reducido de la sede.

Finalmente, tras el escándalo se suspendió la asamblea que deberá convocarse para una nueva ocasión. Cabe mencionar que no estaban presentes ni Aníbal Fernández ni José Luís Meiszner.

Foto: QAC sitio oficial