A veinte años ya del comienzo de su carrera como profesional, no caben dudas que se trata del principal referente para las nuevas camadas de la zona. Su inmensa capacidad técnica, sus grandes condiciones competitivas y su excelente inserción entre los mejores del mundo, hacen que el nombre de Gustavo Pratto aún hoy siga apareciendo en lo más alto del Ranking español, el torneo en el que juegan los más destacados jugadores del planeta. Desde su casa en España, país en el que vive desde el año 2002, el quilmeño charló con DQ y repasó los datos más importantes de su carrera.

- ¿Cómo fue que arrancaste? ¿Qué edad tenías?

- Estudiaba en el colegio Don Bosco de Bernal y cuando salíamos de la escuela pasábamos siempre por un club que estaba en la calle 9 de Julio. Un día decidimos anotarnos en un torneo junto a un compañero. Tenía 11 años, aunque desde un tiempo antes ya jugaba al tenis.

- ¿Siempre imaginaste que ibas a tener una carrera como profesional o al principio solo lo hacías por hobby o diversión?

- Como todo chico, comencé a jugar por diversión. Pero cuando cumplí quince, recuerdo que se disputó una exhibición de jugadores profesionales en Quilmes, y por el nivel que venía mostrando, sentí que podía jugarlo. Muchos me dijeron que estaba loco…y la verdad que tenían razón ja! Por suerte, las cosas me salieron muy bien y ese torneo me sirvió como espaldarazo para seguir.

- ¿Qué recordás o destacás de tu etapa compitiendo en nuestro país?

- Mi primera etapa en el padel fue hermosa, repleta de viajes a Torneo Provinciales acompañado por amigos. Recuerdo la gran cantidad de excelentes personas que pude conocer, la mayoría por suerte aún continúan en mi vida. Ese comienzo como profesional fue muy lindo, todo era a pulmón pero con el sueño de ser el mejor por delante. Y a medida que fui descubriendo como funcionaba este deporte, decidí tomarlo como mi trabajo.

- ¿Cuándo surgió la posibilidad de ir a radicarte a España?

- A partir del 96 empecé a jugar dos meses al año en España, y siempre me hacían llegar ofertas para que me quede a entrenar jugadores. Y en el 2002 acepté la decisión. La idea original era venir por un año para poder comprar un departamento en Buenos Aires y regresar. Por esos días, era imposible imaginarme estando lejos de Quilmes, y mira hoy: diez años después de haberme ido, sigo muy feliz en España.

- ¿Estás conforme con tu actual nivel?

- La verdad que en toda mi carrera siempre estuve conforme con mi nivel, excepto por el año pasado. Debido a diferentes circunstancias, perdí la motivación. Deseo ansiosamente regresar a mi nivel.

- ¿Qué perspectivas tenés para esta temporada?

- Estar entre las mejores diez parejas del mundo, como en toda mi carrera, y seguir siendo un jugador difícil de enfrentar para los mejores. Es linda esa sensación de saber que le podés ganar a cualquiera.

- Sos un referente en el distrito, ¿seguís colaborando con muchos chicos quilmeños para perfeccionar su juego?

- Mi cariño por nuestra ciudad y por sus jugadores es inmenso, por eso siempre voy a intentar que un joven se dedique a lo que le gusta. Creo que abrí una veta que no imaginábamos en Quilmes cuando yo era chico. Antes, decir que ibas a ser profesional parecía una locura. Me parece que desmitifiqué al jugador profesional y demostré que con trabajo se puede llegar lejos. Y desde mi costado de formador, espero poder ayudar a los chicos quilmeños.

- ¿Te quedan metas por cumplir en tu carrera?

- Si claro, pero hoy por hoy lo más importante es encontrar esa fuerza interna que me permita regresar al primer nivel. Es lindo soñar que podés cumplir todas tus metas, ojalá este año pueda volver a ponerlo en práctica.

- ¿Te gustaría vestir en el futuro los colores de la Selección Argentina?

- Nunca pude representar a Argentina y la verdad me hubiera encantado. Pero a esta altura, ya lo veo un poco lejano. Durante diferentes momentos de mi carrera prioricé lo económico a lo sentimental, y en los mundiales juegan los amateurs. La ilusión siempre la tuve, pero muchas veces las decisiones las tomaron personas que saben poco de padel. Igual, ya es un gran orgullo saber que represento a Quilmes cada vez que entro a una cancha, y la verdad que no perder el amor por algo tan natural como es la ciudad donde nací, me hace tener los pies sobre la tierra.