Los pibes del Unión Ezpeleta no terminan de arrancar. Con un renovado plantel, integrado en su gran mayoría por chicos nacidos y formados en el club, sumó su segunda derrota consecutiva en el arranque mismo del campeonato. En este caso, Juventud de Tapiales lo derrotó 8 a 2 de visitante y le puso un manto de dudas al presente del equipo. Con varias ausencias de renombre, el equipo evidenció una baja en su nivel con relación al debut.

El conjunto de Ezpeleta recibía en su segunda presentación en el torneo al elenco de Tapiales, un compromiso que en la previa no aparecía entre los más complicados, pero que serviría como medida para saber cual es la realidad del equipo en este arranque de temporada.

Unión armó un plantel con varios juveniles de inferiores y algunos jugadores nuevos de primer fichaje en futsal, acompañados con un par de jugadores de experiencia. Pero en la semana previa al comienzo del campeonato, las lesiones de Denda y Leo Penovi, sumada a la reciente baja también de Pablo Penovi, arquero y base fundamental de este equipo, complicaron las expectativas que había durante la pretemporada.

Es por eso que, Pichi Calahonrra decidió probar en medio de los partidos una alineación que le permita competir de igual a igual en este duro certamen. En este caso, el DT optó por salir a jugar con un equipo en donde predominaron los chicos del club, acompañados por la experiencia de Hernán Zanello.

Si bien, el encuentro se mostraba muy parejo, a los locales les costaba crear llegadas al arco contrario. Esto fue aprovechado por Juventud, que resultó más efectivo y se puso en ventaja. Calahonrra necesitaba otra respuesta del equipo y cambió: el atrevimiento y la velocidad de los chicos que entraron, le dio el empate transitorio a los de Ezpeleta, con gol de Castillo. Pero a un minuto del final de la etapa, Juventud volvió a sacar una diferencia en su favor.

En el inicio de la segunda etapa, lejos de mejorar, Unión tuvo dos minutos fatales en los que la visita pudo convertir tres tantos, que empezarían a sentenciar la historia. Con la ventaja a su favor, Juventud empezó a manejar el encuentro a su antojo, hasta que a cuatro minutos del final, Castillo nuevamente descontó para el local.

Con amor propio, Unión fue al ataque en busca de la heroica, pero se encontró con un arquero bien parado y encima, en los últimos dos minutos cada contraataque que metieron los de Tapiales, lo transformaron en gol, para llevar el resultado al marcador final.

Un comienzo que empezó a generar dudas, pero que todavía tienen soluciones al alcance de la mano.