Por Luciano Corrao

En otro partido de bajo rendimiento, Quilmes cayó 2 a 1 contra Patronato en Paraná y quedó a cuatro puntos de Rosario Central. Era un encuentro en el que tenía que llevarse los tres puntos para mantenerse en el lote de los cuatro de arriba, sin embargo, el conjunto de Omar De Felippe mostró una de sus peores versiones y ni siquiera jugando todo el segundo tiempo con un jugador más pudo dar vuelta la historia. Leonardo Acosta anotó los dos goles para los locales, que jugaron bien de a ratos envalentonados por la habilidad de Matías Quiroga, la figura del encuentro. El tanto del empate parcial Cervecero lo marcó Jacobo Mansilla.

En una linda tarde de otoño, Quilmes fue todo lo feo de la jornada. El primer tiempo comenzó con Patronato volcado al ataque, ya que en la primer jugada pudo abrir el marcador con un remate de cabeza de Quiroga que encontró bien parado a Trípodi, quizás el único punto fuerte en el Quilmes que se vio en Santa Fé. Casi por decantación, y ayudado por una defensa desconcentrada, el local se puso al frente con un gol de Acosta, que conectó el balón cuando éste casi entraba al área chica. Pero la alegría santafecina duró muy poco. A sólo un minuto de la apertura del marcador, Mansilla aprovechó la tardía salida del arquero Bertoli y tras un centro de Carli conectó de cabeza para el 1 a 1.

Antes de ir al descanso, el Cervecero pareció despertar y casi logra un gol más con dos remates de Rimoldi a la salida de un corner. Pero el mismo Bertoli que antes había fallado se reivindicó tirando la pelota al corner y comenzando una serie de hechos en cadena. Porque luego de ese corner, Patronato elaboró una gran contra que terminó con Trípodi mandano al tiro de esquina un mano a mano frente a Bustos. Y después de esa jugada, el corner terminó con una contra para Quilmes que el ex Cervecero Guzmán cortó con una fuerte falta a Cauteruccio: doble amarilla y a las duchas. Así se fue el primer tiempo.

El complemento pintaba bien para Quilmes. Tenía un hombre de más, todavía duraba la remontada frente al marcador adverso y sin dudas se habían ido al descanso con un pensamiento más positivo que el rival en cuanto al futuro del partido.

Pese a tener mucho a favor, el conjunto de De Felippe comenzó el segundo tiempo dubitativo y los locales parecían ser quienes tenían un hombre de más, ya que al buen trabajo defensivo y a la inspirada dupla de ataque (Acosta-Quiroga) le agregaban esa infaltable cuota de sacrificio, muy necesaria en estos tramos decisivos de la B Nacional.

Y gracias a sus dos delanteros llegaron al 2 a 1. Una contra en la que Quiroga recorrió alrededor de 70 metros con la pelota y habilitó a Acosta, que sólo tuvo que definir frente a Trípodi. No está de más decir que fue llamativa la tranquilidad con la que los cuatro defensores de Quilmes corrían a Quiroga. Ninguno decidido a quitarle el balón y nadie cerrando el pase a Acosta. Igualmente, la actuación de la dupla delantera de Patronato se llevó todos los elogios de la tarde.

Así, el partido continuó y Quilmes siguió encerrado en su laberinto. Fue tanta la desmesura que hasta Carli debió dejar la cancha a los 87 minutos por una fuerte falta.Y es que el problema del conjunto del sur fue colectivo, un poco por algunas innovaciones del DT (por ejemplo, Pablo Garnier –dicho sea de paso, de flojísimo partido- se ubicó como volante por derecha, una posición que conoce muy bien pero que no es en la que se venía desempeñando últimamente en el equipo) y otro poco por la falta de imaginación de los jugadores. Porque hay una gran verdad, y es que si Caneo está apagado, sus compañeros sufren de falta de volumen de juego y se cae en lo de siempre: centros intrascendentes y pelotazos frontales.

Todavía se está a tiempo de salir adelante. Quilmes está cuarto y se mantiene en zona de promoción. El DT tiene una larga semana para preparar el partido contra Chacarita del próximo domingo. Un partido que será transcendental para saber donde se está parado, ya que los Funebreros son los últimos en este torneo Nacional B al que le quedan 8 fechas.