Por Leonardo Testa

Los resultados que consiguió a lo largo de todo el certamen, dejan a la vista que el equipo se sintió como en casa. La Selección Argentina derrotó 5-0 a Corea del Sur en la final del Champions Challenge disputado en el Estadio Nacional de Hockey del Quilmes Atlético Club y cumplió con el objetivo buscado en el debut oficial de Franco Nicola al frente de la formación nacional. Gran cantidad de gente y muchos festejos gracias al título y la clasificación a la Champions Trophy 2014.

En la primera jugada del partido, Agustín Mazzilli encaró en diagonal, y ante la salida del arquero coreano, definió de revés. Empezaba a marcar el rumbo al campeonato. Es que, el partido estuvo al control de Argentina en todo momento, Corea no supo como atacar, romper el sistema nacional y sufrió con sus propias limitaciones.

A los 34 minutos, Gonzalo Pellita, de arrastrada a la salida del segundo fijo, puso el 2 a 0 y de esa forma, la gente comenzó a festejar lo que sería la tercera clasificación a un Champions Trophy. Por su parte, la visita en ese tiempo solamente tuvo un fijo a favor, ya en ataque el equipo asiático no tuvo presencia, les falto juego asociado y permitió que Juan Manuel Vivaldi sea un espectador VIP.

La segunda mitad permitió agrandar el marcador y demostrar la diferencia entre ambos. El marcador se modificó a los dos minutos, cuando Pedro Ibarra de arrastrada sentenciaba el juego con el tercer gol en la calurosa tarde quilmeña.

Los minutos pasaban, Argentina creaba situaciones y aumentaba su capacidad de juego asociado. Sin embargo, la fórmula del éxito seguía siendo el fijo. En esta ocasión, el encargado de marcar el cuarto gol, fue Willy Schickendantz, que de arrastrada se anotó en el marcador. La cuenta no iba a terminar ahí, sino que hubo tiempo para que el conjunto dirigido por Franco Nicola, siga luciéndose ante el público que llenó la tribuna para ver festejar a la selección.

El quinto gol estuvo a cargo de Manu Brunet que definió de derecha una gran jugada colectiva. Esa fue la frutilla del postre, en un partido perfecto del equipo nacional ante un rival que solamente tuvo un tiro al arco y que demostró que era muy inferior. Y la Argentina se dio el gustó de terminar festejando en una cancha que le sienta bien.