Unión Ezpeleta concluyó la temporada 2012 en la décimo segunda ubicación de la Zona A de la Segunda División. Si bien no se logró el objetivo de clasificar al Torneo Reducido para pelear por un lugar en la promoción, se plasmó una buena base de cara al futuro. Consumada su primera experiencia como DT de la primera del club, Marcelo Calahonra reflexiona: “Me queda el sabor amargo de saber que teníamos plantel para pelear algo importante”. En un mano a mano con DQ, Pichi hace un análisis del funcionamiento a lo largo del certamen.

Unión pagó cara la irregularidad con la que afrontó el torneo. Obtuvo grandes victorias pero también perdió partidos increíbles y dejó puntos en el camino, que resultaron clave al final de la temporada. Por eso, sacó 42 puntos, producto de trece victorias y tres empates sobre 34 partidos.

- ¿Qué rescatás como positivo de esta temporada?

- El surgimiento de algunos chicos de inferiores, como ejemplo Elián Techera, Marcelo Pace y Damián Santos. Además, el hecho de saber que cuando el equipo estuvo concentrado, comprometido y se hizo en la cancha todo lo que se fue trabajando durante el año, demostró que podíamos ganarle a cualquiera, incluso al campeón Alvear, al segundo (Ferro de Merlo) y al tercero (Chacarita).

En la primera parte del certamen Maxi Zanello fue un jugador muy importante por su destreza y por lo que significaba para los más chicos, pero se alejó del equipo. Para la segunda rueda fue reemplazado por otro jugador de jerarquía: Leonardo Parrotta. El ex Sportivo Barracas llegó al país después de cinco temporadas en el ascenso del Calcio 5 italiano y tras frustrársele su incorporación a Racing, reparó en Ezpeleta.

- ¿Qué crees que le aportó Parrotta al equipo?

- Zanello y Parrotta son jugadores totalmente distintos. El primero es técnico cien por ciento y el otro es completamente táctico. De todos modos, Leo sumó mucho desde lo grupal, porque demostró ser una gran persona. Y en lo deportivo aportó orden táctico, además de dejar todo en la cancha.

- Hace un año te retirabas y ahora Leonardo Penovi, otro referente del grupo, tomó el mismo camino. ¿Qué sensaciones te dejó su retiro?

- Hablar de Leo es complicado porque ya hay formada una amistad, por la cantidad de años que jugamos juntos. Llegó de Argentino de Quilmes y se fue haciendo un jugador de futsal muy completo. Mantuvo siempre una buena manera de marcar y a veces llegó a contribuir en ataque.

- ¿Te arrepentís de algo en tu primera experiencia como técnico de primera?

- Lo único fue no haber conformado un plantel más numeroso que me genere mayor competencia interna. A partir de esto, los jugadores están más relajados al saber que no hay otro que los pueda reemplazar.