Fiel a lo que marcaba la previa del juego, Quilmes se hizo fuerte en una verdadera batalla que resultó su visita a Santa Fe y sumó tres puntos más que importantes para la pelea en la tabla de los promedios. Aprovechando un mejor arranque del juego, supo ponerse rápidamente en ventaja, aumentó en el momento indicado y después debió sufrir los ataques desesperados de un rival que terminó con nueve hombres. Durante el segundo tiempo el partido estuvo suspendido por veinte minutos y, durante ese lapso, fue desalojada la gente del cervecero que estaba en el estadio.

Partido raro se vivió en cancha del Tatengue. Por el trámite, por los cambios de nivel entre los equipos, por los incidentes, por el largo descuento y porque se terminó jugando sin público visitante dentro del estadio. Así y todo, el QAC logró tres unidades que cotizan mucho en la bolsa de la salvación por la que pelean varios equipos. Al punto que, momentáneamente estaría casi afuera de la zona de descenso (empatado con San Martín de Juan).

Seguramente, el primer gol habrá sido clave para que el Cervecero se erigiera como el mejor de los dos por un buen rato. La buena pared entre Cobo y Mansilla, que este definió con exactitud cuando todavía no iban diez minutos, le permitió a los de De Felippe jugar con la desesperación y poca productividad del local. Encima, sobre el cierre del tramo inicial, pegó de nuevo con un remate de Elizari que se metió contra el palo derecho de Perafán.

Y en los últimos cuarenta cinco pasó de todo. Con el ingreso de Lizio, Unión arrancó mejor y pudo haber llegado tranquilamente al descuento, pero enseguida Quilmes se recuperó y podría haber liquidado las cosas. Hasta que el juego se frenó por incidentes en las tribunas. Increíblemente, la policía decidió buscar la solución desalojando a la gente visitante, que de esta manera, se perdió más de la mitad del segundo tiempo.

Con descuento y todo, quedaban veinticinco minutos cuando se reanudó todo. Un nuevo partido en el que el Tatengue volvió a ser una tromba, que se apagó ante la casi inmediata expulsión de Barinose. Eso le dio más tranquilidad al QAC, que equiparó las cosas, aunque debió pasar algún que otro sofocón. Cuando Avendaño dejó la cancha, el local se entregó y la visita con espacios a favor, lo pudo liquidar en la última jugada y a través del ingresado Chirola Romero.

Así el Cervecero edificó una victoria que mantiene la racha positiva que inició el fin de semana pasado y cortó algunas varias negativas: ganó por primera vez de visitante en la temporada, pudo hacerlo después de trece años en la provincia de Santa Fe y tras tres décadas consiguió vencer a Unión en su cancha. Como para no creer en sus posibilidades…como para no tener fe.