En el Bajo Belgrano, lugar donde lo aman y es ídolo indiscutido, Guillermo Szeszurak consiguió el aire necesario para seguir al frente de Argentino de Quilmes. El Mate jugó un buen partido y se impuso con claridad a Excursionistas, sumando su segundo triunfo y los primeros puntos como visitante de la temporada. Los goles de Matías Polack y Juan Carlos Horvat en el tramo final sirvieron para sacarse la mufa en el arco contrario y cortar la mala racha del equipo.

Los amantes del futbol de ascenso seguramente recordarán los goles que llevaron a Szeszurak a convertirse en ídolo indiscutido de la parcialidad del Verde. Es más, alguna vez fue Javier Saviola quien reconoció que en su niñez se escapaba para ver los partidos de Excursio, solo por su fanatismo hacia el gran goleador. En esa cancha, hoy el Búfalo se jugaba una parada importante para continuar en su cargo. Y en un terreno tan positivo para su historia deportiva, la suerte volvería a estar de su lado.

Más allá de este detalle, el conjunto de la Barranca debía demostrar una respuesta para soñar con una mejora, y esta llegó. Porque no se amilanó en ningún momento, no cometió errores graves y contó con el poder de gol que le era esquivo hasta este momento del torneo. Además, supo dar el golpe en el momento justo.

Cuando dio comienzo la segunda etapa, Polack se hizo presente en la red para comenzar a tranquilizar a los suyos y empezar a adueñarse definitivamente de los tiempos de un cotejo en el que, a la hora del balance final, fueron superiores. Más tarde, a los 30, Horvat aseguraría los tres puntos con el tanto definitivo para el tanteador.

Entonces, Szeszurak pudo sonreír. Sus muchachos también. Igual que el pueblo mate, que se permite una alegría entre tantas malas en este arranque de temporada. Y hasta que llegue el encuentro con Luján, tienen con qué ilusionarse en mantener la levantada.