Luego de 24 años la Selección llegó a la final de una Copa del Mundo y, a pesar de haber caído en un encuentro cerrado ante Alemania en el mítico Maracaná, logró volver a enamorar después de mucho tiempo a un pueblo futbolero como el argentino. Sin embargo, más allá del orgullo mostrado por Mascherano que se volvió tapa de todos los diarios, la delantera que prometía ser goleadora transitó el torneo con la pólvora mojada. Entre ellos, el único quilmeño de los 23 gladiadores que alcanzaron la medalla de plata. Acuciado por las lesiones que lo tuvieron a mal traer a lo largo de toda la temporada, Sergio Agüero no estuvo a la altura de las expectativas generadas. Pasada la euforia, el análisis del Kun.

Agüero arrancó como titular los tres partidos de primera rueda hasta que en el último, ante Nigeria, sufrió un “pequeño desgarro” en el bíceps femoral de la pierna izquierda que lo marginó del encuentro de octavos ante Suiza. Las cuatro lesiones musculares que sufrió a lo largo de la temporada en la que volvió a coronarse campeón de la Premier League parecieron pasarle factura: se lo notó falto de ritmo, sin esa explosión característica de su juego que le permite superar rivales por técnica y fuerza.

Tras una recuperación en tiempo record, estuvo en el banco contra Bélgica y luego entró en la semi ante Holanda, anotando el tercer tanto de la definición por tiros penal. “Si Sabella me pone de titular, sacaré fuerzas de donde pueda. Siempre cuando uno vuelve de una lesión, está pendiente de que no vuelva a pasar. El cuerpo médico hizo todo lo posible. Cuando te perdés tres partidos en un Mundial, te das cuenta que te falta”, sostuvo el quilmeño tras ese encuentro.

Llegó el duelo ante los germanos y los memoriosos se ilusionaron cuando el Kun ingresó por el Pocho Lavezzi al comienzo del segundo tiempo. Se acordaban de Daniel Bertoni y Jorge Burruchaga, ambos quilmeños -nativos o por adopción e ídolos de Independiente- que marcaron los goles decisivos para conquistar las copas del 78 y 86. Parecía que la historia -la cual dicen es cíclica- estaba encaminada a repetirse, pero Agüero -más allá de un disparo que se fue cerca del segundo palo de Neuer- no pudo.

“Hicimos todo lo posible. Era una final y es difícil de expresar lo que se siente. En otro momento tal vez diga ‘qué bueno que llegamos hasta ahí’, pero queríamos ganar y llevarnos la Copa. Hicimos todo lo posible", expresó compungido el atacante forjado en los embarrados potreros de la Villa Los Eucaliptus.

Por suerte, más allá de la frustración, el fútbol siempre da revancha. Indiscutido en el núcleo de la Selección, Agüero seguramente disputará la próxima Copa América de Chile, las Eliminatorias y, con 30 años, podrá llegar por su desquite al Mundial de Rusia 2018.