Un poco por la apuesta del rival y otro poco por sus habituales errores. Más allá de las razones del traspié, el balance del fin de semana termina siendo por demás negativo para Argentino de Quilmes. El conjunto dirigido por Oscar Santángelo por momentos fue sometido por el rigor físico de Juventud Unida, le costó emparejar la historia, cuando tenía todo para liquidarlo dejó pasar la oportunidad y, para colmo de males, sobre la hora no defendió bien una pelota parada y se volvió con una derrota inesperada de San Miguel. De esta manera, el equipo desaprovechó una fecha ideal para descontarle unidades a los rivales de punta.

Fiel al estilo y a la impronta que propone su entrenador, Argentino de Quilmes no sabe de medias tintas. Con la mirada puesta en el arco contrario, cuando la tarde está a su favor se termina quedando con triunfos valiosos para su curriculum, pero cuando falla en la resolución y peca con regalarse demasiado defensivamente, el rival de turno lo aprovecha para complicarle la vida a Oscar Santángelo y sus dirigidos.

Este domingo por la mañana se dio la última situación. Aunque antes que sucediera esto, al Celeste le costó bastante hacer pie en la cancha. Seguramente, habrá sido el partido en el que más incómodo jugó desde que comenzó el campeonato. Gracias a un gran rigor físico, con mucha presión sobre el futbolista que intentaba jugar la pelota, Juventud fue mejor desde el planteo en la primera mitad. Solo le faltó mayor determinación para agredir más en los metros finales del campo.

Asumiendo un rol de partenaire que poco conoce, el Mate se las rebuscó para tener tres opciones claras de gol en un minuto. Pero Arias, Alessandrini y Marclay se encargaron de despilfarrarlas. Y en la primera respuesta del local, un desborde por la derecha, terminó con un remate con el arco a su disposición de Hernán Essers, que aprovechó las desinteligencias de los centrales para cubrir su presencia en el área.

Alguna modificación en las posiciones, una mayor decisión y un quedo físico del adversario, le permitió a Argentino llevarse por delante al Lobo y empezar a llegar con continuidad en el arranque del segundo tiempo. Por eso no extraño que, en apenas 7 minutos, un desborde del Pájaro que terminó en un centro que cayó por el segundo palo, le permitiera a Alessandrini marcar de cabeza sobre la línea, convirtiendo así su primero gol con esta camiseta.

Desde ese momento, Marclay reventó el travesaño, el Polaco desperdició un mano a mano con el arquero, Arias tuvo chance de rematar en varias… pero dejó pasar su mejor momento sin poder rematarlo. Entonces Juventud Unida recuperó energía, equiparó la historia y también tuvo alguna a su favor. En la más clara, Leguizamón se la sacó a Fonzalida.

Pero por mirar el arco de enfrente, el Mate no se cuidó de forma correcta y cuando quedaban seis minutos para el cierre, un balón mal ejecutado por el local terminó en varios rebotes, hasta que Mario Gallardo recogió el balón y con total tranquilidad definió ante el arquero.

Los últimos instantes fueron de puro desconcierto para un Argentino que se fue entregando mansamente a su realidad actual. La irregularidad en la que vive, por no tener a mano un segundo libreto futbolístico, hay veces que lo hace golpear duramente contra la pared. Y lo obliga a seguir remando de atrás.